40 años de la primera final televisada del Carnaval de Cádiz
Conmemoración andaluza
Un fallo técnico impidió la retransmisión en directo de la final de 1981 y el público de TVE Andalucía aguardó a la noche siguiente para el segmento de tres horas previsto desde el Gran Teatro Falla
El 26 de febrero de 1981, aún con la resaca del golpe, los espectadores andaluces estaban invitados a una noche excepcional en TVE, cuando no había programación de madrugada.
La final del concurso del Carnaval de Cádiz se convirtió en una nochevieja particular para Andalucía y para los aficionados a las agrupaciones, que solían concentrarse por entonces en la provincia gaditana. Se disparó así el interés a toda la joven comunidad autónoma en pocos años y gracias a la tele y pese a los contratiempos en los que parecía empeñarse la TVE del monopolio, cuando una cadena autonómica era una aspiración un tanto nebulosa.
Hace 40 años que TVE en Andalucía afrontaba su primera emisión especial sólo para su territorio, pero al final no pudo ser. Hasta entonces los forofos habían seguido el concurso por las retransmisiones de la radio y más allá de la fiesta en Cádiz los repertorios se divulgaban por cassettes.
La final en directo era la oportunidad de disfrutar más de cerca esos grupos y cientos de miles de noctámbulos aguardaron en el sofá para conocer esa curiosidad gaditana. Tras esperar durante un buen rato con el cartelón anunciador, tras la despedida y cierre de la Primera Cadena, el locutor Manuel Duarte se dirigía desde el minúsculo set de TelesurTelesur para anunciar que se suspendía el directo. La cadena emplazó al público en vela para la noche siguiente.
El despliegue de la unidad móvil, dirigida por el realizador Ángel Panero, y las cuatro cámaras dispuestas en el Gran Teatro Falla no podían enviar la señal desde Cádiz (y eso que el trofeo Carranza era la retransmisión anual fuera de Madrid más veterana de por entonces, desde 1966). La espadaña de la iglesia del Carmen fue designada como ‘responsable’ de taponar la señal. El motivo fue “una metedura de pata técnica”.
La retransmisión se ofreció enlatada un día después, con las tres horas de emisión acordadas con los trabajadores de TVE. El mal sabor de boca de aquella primera noche de Carnaval se remedió con el contenido en diferido y unos grupos que sorprendían en los primeros televisores en color, como sucedía con el amarillo de la chirigota isleña Los pollitos de mi compare (el Maspapas se convirtió así en personaje popular en toda Andalucía). O la llamativa vestimenta de Entre pitos y flautas, el coro de La Salle Viña.
La primera agrupación en aparecer ante la audiencia andaluza fue la comparsa de Antonio Martín, Charlatanes de feria, con el popurrí y parte del repertorio tapado por el arranque de José Luis Garrido Bustamante. Este amable presentador y comercial de TVE Andalucía, padre del actor Antonio Garrido, fue la voz de la primera final gaditana, la de 1981, y de la última antes de Canal Sur, la del 89 (la del 90 fue retransmitida de forma simultánea por la autonómica y TVE).
Por entonces las composiciones de las agrupaciones y las singularidades gaditanas había que explicarlas. Garrido Bustamante llegó a preguntar quién pagaba la puesta en escena. Para asesosar a tantos espectadores aún sorprendidos el narrador contó con el novelista Fernando Quiñones, el periodista de Diario de Cádiz Bartolomé Llompart y dos expertos como el escritor Ricardo Moreno y Marcos Zilbermann, nombre fundamental para que la celebración volviera a febrero. Comentaristas didácticos para una fiesta andaluza que aún había casi que descifrar.
Pese a los inconvenientes, la final del concurso prendió como momento obligado de cada año (para verla y grabarla en el VHS) y fue la final del 82, la del cuarteto La boda del siglo, la primera ofrecida en directo, durante otras tres horas. La del 85, emitida tras la conclusión de la Segunda Cadena, se pretendía retransmitir íntegra pero las cuatro horas contratadas con el personal destacado fueron insuficientes. Fue un error de cálculo de TVE creyendo que cada repertorio duraba quince minutos. El apagón fue un disgusto.
La primera final completa fue la del 86, la de los abucheos por el cajonazo de Los Cubatas y el cuarteto de Rota. Por entonces la audiencia se manejaba ya como si fuera de La Viña.
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