"Nuestra presión vino de querer tratar el autismo de forma real”
Entrevista a Freddie Highmore
Telecinco ofrece en los martes la segunda temporada de esta serie con el sello de David Shore, ‘House’. El joven actor británico también ha sido guionista de esta ficción médica
El personaje de Freddie Highmore (Londres, 1992) fue un descubrimiento entre los espectadores del joven actor que ya conocíamos, de niño, por Charlie y la fábrica de chocolate. Telecinco ha estrenado, por fin, la segunda temporada de The Good Doctor, en la noche de los martes. La tercera temporada se ofrece en AXN. El actor británico atendió a este periódico.
–¿El éxito que ha tenido The Good Doctor en todo el mundo le ha cambiado en algo?
–No, sigo siendo el de siempre. Trabajamos en Vancouver y para esa segunda temporada que están viendo en España tuvimos más medios, así que es lógico que avancemos y el público siga con nosotros. No he cambiado yo ni tampoco cambia el enfoque de esta serie. Tal vez si trabajara en Estados Unidos me arrastraría más en torno a la vorágine de Hollywood. Aquí llueve y todo el equipo sin distinción nos refugiamos en la misma sombrilla.
–¿Estar lejos de Hollywood le permite hacer mejor su trabajo, podríamos deducir?
–Hay algo de eso. Tengo una predilección particular por Vancouver ya que aquí hice Bates Motel. Ya son ocho temporadas con una serie en Vancouver (en la ABC estadounidense se emite la tercera temporada que se termina de grabar). Está bien rodar en Canadá, ninguno de nosotros vive aquí el resto del año. Creo origina un vínculo especial y estamos tan concentrados como podemos, lejos de ruidos.
–Usted escribió el episodio de estreno de la segunda temporada. ¿Cómo fue esa experiencia?
–Son procesos muy separados lo de escribir y luego subirse al set. Lo ves todo de forma diferente. Discutir en este caso con el guionista es más difícil: no tenía excusas. Fue una oportunidad maravillosa y ya hice lo mismo en Bates Motel. Para el episodio de The Good Doctor me llevé un mes en la sala de guionistas. El productor David Shore ciertamente me tomó debajo su ala. No puedo imaginar un mejor conjunto de personas para aprender.
–¿Es difícil retomar una serie después de grabar una temporada al cabo de los meses?
–Cuesta siempre reiniciar algo de nuevo. Pero con el margen de tiempo te permite apreciar el crecimiento de los personajes. En el caso de Shaun Murphy podemos observar cómo ahora es un poco más seguro. Ya ha encontrado su lugar un poco en el hospital. A veces no tiene tanto miedo y ya no es tan tímido al decir su opinión.
–¿Que más nos puede avanzar de lo que iremos viendo?
–Glassman (Richard Schiff) tiene un tumor cerebral. Será una circunstancia que obligue a Shaun a involucrarse más en su entorno. Shaun cometió errores aunque demostró su valía. Y tendrá que hacerlo de nuevo con el doctor Andrews al frente.
–¿Le gustaría convertirse en director?
–Me encantaría escribir más y dirigir episodios. Con The Good Doctor querría que terminara con mi contribución de haber construido algo más de ese edificio. Tengo tiempo por delante y quiero aprovechar al máximo las oportunidades que aparezcan.
–¿Su personaje ahora se interrelaciona más con los pacientes?
–Vamos a ver a Shaun más comprometido con los demás. Con Lea Dilallo (Paige Spara) hay un reencuentro y espero que los espectadores sean felices con esa reconciliación. Tal vez habrá romance, pero supondrá un plazo largo de tiempo. Dará ilusión a los seguidores, pero a esta pareja aseguro que les va a suponer un tiempo descubrir quiénes son y si son capaces de estar juntos.
–¿Cómo le influye su personaje como actor y como pesrsona?
–Shaun es optimista y creo que siempre ve lo bueno en la gente. Eso es fantástico. Yo me siento muy británico y soy probablemente bastante cínico en general. Conozco a David Shore, creo que los dos compartimos una sensación de cinismo que entregó en House durante tantos años. Creo que estos personajes son buenos para hacernos mejores personas y ver el mundo de una mejor manera. No es que yo no sea optimista o no sea feliz, pero debo aprender de mi personaje. Retratar esa versión del mundo que ve y en el que cree, con su fe en la humanidad, creo que es importante hallarlo en un serie en un momento como hoy en el que hay tanta negatividad.
–¿Qué le llegan a decir las personas que tratan a autistas?
–Son de los mensajes más significativos que hemos recibido. Nos trasmiten lo positivo que es The Good Doctor. Esa visibilidad y esperanza que da sobre el autismo hace que valga la pena este trabajo.
–¿Para hacer este personaje usted trató con autistas? ¿cómo se inspira para dar vida a Shaun Murphy?
–El guión estaba escrito cuando llegué a bordo. La visión que tengo del autismo es sobre todo a través del trabajo de David Shore. Al mismo tiempo, ya os imagináis, era necesaria una gran cantidad de investigación para complementar. De entre los documentales me pareció particularmente útil Autism in love (2015, dirigido por Matt Fuller) que suelo ver varias veces a lo largo de los días de trabajo. Leo bastante sobre este comportamiento y también tenemos un asesor que está en todo momento durante el rodaje. Hay también algo personas de mi entorno en la personalidad de Shaun.
–¿Y para trazar su aspecto físico?
–Hemos trabajado mucho para que en la serie todo fluya de forma natural, sin caer en la sobreactuación. Queremos un aspecto auténtico en un ambiente creíble. No hemos querido que el resto de personajes queden muy perfilados o encasillados y nos preocupamos en las reacciones, que sean reales a vivencias en los hospitales que ha tenido cualquier espectador. Mi idea de Shaun es que sea representante del espectro autista y que el público se identifique con él por personas parecidas que conozca, que se vean representados por Shaun y la gente que le quiere.
–¿Sintió preocupación con esta serie antes de que fuera emitida?
–Nuestra presión vino de querer retratar el autismo de la manera más real posible por encima de que esta serie fuera un éxito. No es que no nos preocupásemos sobre el resultado final de la serie, pero para Shore y yo la clave era que estábamos contando la historia de Shaun de manera correcta. Queríamos verosimilitud más que hacer algo entretenido. Espero que por eso siga gustando esta historia.
–En esta segunda temporada tiene un rival en la doctora Reznick (a cargo Fiona Gubelmann), una profesional muy competitiva.
–Creo que Reznick está tratando de alguna manera ayudar a Shaun y pese a que en ocasiones reciba malas vibraciones, él sigue siendo encantador y bueno. A veces puede ser frustrante para los personajes que están tratando de ayudarle. Él se niega o no sabe percibir esa ayuda. Ciertos rasgos de Shaun, por supuesto, provienen del hecho de que tiene autismo, pero al mismo tiempo, no todas las cosas que vemos que hace es necesariamente por esa razón ¿Qué es el sentido del humor para Shaun? Lo vemos reír. Su sentido del humor no es el típico de las personas con autismo, Descubrir esos matices creo que es interesante para el espectador.
–¿Hacia dónde evolucionará el doctor Murphy?
–Tuve suerte con la evolución de Norman Bates y también con la de Shaun, que ha cambiado bastante, dramáticamente, desde el primer episodio. Ha crecido como persona y eso no suele ocurrir en todas las series, donde los personajes se estancan porque da miedo que haya grandes cambios. Hay margen para que siga madurando. Habrá que comprobar cómo se adapta a la nueva dirección del St. Bonaventure.
–Dicen que los cirujanos son personas muy impulsadas por el ego ¿este rasgo ha afectado a su personaje?
–Llegamos a tener ese debate con los guionistas. Sobre la abnegación, el altruismo. Queda la duda en esta serie sobre si los cirujanos actúan por ambición más que por ayudar realmente a los demás. Creo que Shaun sí está tratando de ayudar a la gente y no trabaja para que le halaguen su labor.
–¿Es un ángel, un santo?
–Puede ser un superhéroe. Pero ha quedado claro que comete errores. Tiene debilidades, días malos. Es sólo una persona más.
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