"La peor cocinera" acude a 'Masterchef Celebrity'

Ana Obregón vuelve a sonreír, aunque mantenga su preocupación por el estado de salud de su hijo, para encarar su participación en Masterchef Celebrity 4, una experiencia “muy apetecible” aunque ella se considera “la peor cocinera del mundo”. Pero sí se ha animado es porque Álex, su hijo, tratado de un cáncer, “está bien”. “Me encanta comer, desde pequeña he sido muy comilona, pero para cocinar nunca he tenido tiempo”, admite la presentadora, quien reconoce que ha tenido que apuntarse a un curso intensivo de cocina para conseguir “un nivel aceptable” para esta aventura en La 1.

Aunque la cocina no es su punto fuerte, reconoce que su plato estrella son “los huevos revueltos”, lo que más ha hecho en el fuego durante los siete meses que ha estado viviendo en Estados Unidos junto a su hijo. “Me gustaría haber tenido más tiempo para prepararme, pero el haber estado varios meses de hospitales y alejada de mi familia ha hecho que no haya podido adquirir esta formación tal como hubiera deseado”.

Tanto ha sorprendido a su familia la noticia de que participará en Masterchef que no salen de su sorpresa, tras haberse reído mucho. Su objetivo, de todas formas, es claro: “ganar y donar el premio a la Fundación Fero, que investiga contra el cáncer”. Quiere seguir la línea de otros compañeros que dieron la campanada en el programa, como Mario Vaquerizo o Boris Izaguirre y tiene presente el ejemplo del regatista campeón Saúl Craviotto que sin apenas nociones firmes de cocina venció en su edición con contundencia.

Estos son los participantes de 'Masterchef Celebrity 4'

La relación está formada por ahora con Tamara Falcó, Marta Torné, Vicky Martín Berrocal, Elena Furiase, el influencer Juan Avellaneda, Almudena Cid, Ana Milán, Félix Gómez, el actor venezolano Raúl Olivo, el también actor Álex Adrover, el baloncestista José Miguel Antúnez, El Sevilla y Los Chunguitos (mientras sus hermanas, Azúcar Moreno, están en Supervivientes).

Para Ana Obregón este regreso a las cámaras le permitirá dejar algo atrás “la pesadilla” de la convalencencia de su hijo y sus tratamientos en Estados Unidos. “Dramatismos cero”, se propone.