¿Por qué ya no hay mujeres que presenten concursos?

Si hay un vacío femenino injustificado en las cadenas españolas en estos momentos es la ausencia de presentadoras en los concursos.

El tipo de programas que promueve una mayor fidelidad en la parrilla, con formatos fajados, de ahí que se sigan produciendo incluso para los meses veraniegos, no cuenta con mujeres en la conducción ni tampoco se ven en el horizonte relevos posibles entre las cadenas.

Luján Argüelles hace doce años fue descubierta para la televisión con Password en Cuatro. Ha sido relevada en el reality de La báscula en Telemadrid por Toñi Moreno. Silvia Jato fue quien estrenó Pasasapalabra, con su rápida dicción, en 2000, dejando su impronta durante cinco años, pero no volvió a contar con una oportunidad tan lucida.

Nuria Roca, colaboradora de programas, hace ya años que presentó El Millonario en La Sexta. Paula Vázquez, en Fama; Raquel Sánchez Silva, Maestros de la costura; o Eva González, La Voz, se han dirigido a los talents.

Desde los concursos tuvieron su plataforma para saltar a otros formatos figuras como Julia Otero o Isabel Gemio, de la mano de Sergi Schaaf, que desde hace 23 años tiene fijo en La 2 Saber y ganar Saber y ganary a Jordi Hurtado, de la escuela radiofónica de otros referentes como los fallecidos Constantino Romero y Jordi Estadella.

La eterna presencia del catalán puede justificar en parte esta costumbre hacia el predominio masculino en los quiz españoles. Saber y ganar es con diferencia el espacio más visto de La 2, sobre el millón de seguidorese, que baja a unos 750.000 en verano, 6%. Tiene más audencia que el concurso vespertino de La 1, El cazador, con Ion Aramendi, el último en incorporarse a nivel nacional, sobre los 600.000 seguidores en estas semanas, 7%.

Antena 3 es la cadena que fija más su audiencia a través de los juegos, con sendos presentadores. La ruleta de la suerte, con el más veterano tras su tocayo Hurtado, Jorge Fernández, al pie de los tiradores desde 2006, es la antesala del informativo de sobremesa, con 1,4 millones de espectadores en verano, 14,5%.

El más reciente en su horario es Roberto Leal, con Pasapalabra, rentable formato previo al informativo nocturno, como sucedía en Telecinco, y que ya es de nuevo el concurso más visto con 1,5 millones, 16,8%.

Por delante, otros dos juegos de preguntas y otros dos rostros masculinos consolidados en el entretenimiento de Antena 3. Ahora caigo, con Arturo Valls (también con Me resbala y lo que le echen), reúne sobre los 700.0000, 7,6%;y ¡Boom!, con Juanra Bonet, se acerca al millón, 11%. El barcelonés también graba en Polonia el nocturno ¿Quién quiere ser millonario? que regresará con famosos. Porque los famosos se prestan a imitar, con el paralizado Tu cara me suena y Manel Fuentes;o a discurrir con humor en La 1 con Typical Spanish y el recuperado Frank Blanco.

En Mediaset la especialidad son los realities (copados por Jorge Javier Vázquez) y los datings (otro Vázquez, Jesús, se hace cargo de Mujeres y hombres), pero en Cuatro ha encontrado su sitio El concurso del año, con Dani Martínez, tras pinchar en las tardes El bribón, con Pablo Chiapella, que se repone por las mañanas.

En el prime time se emite Adivina qué hago esta noche, con Santi Millán, otro rostro reciente cuidado en la compañía, conductor a su vez del pujante Got Talent.

Y entre las autonómicas, más de lo mismo, porque entre las versiones de Atrápame si puedes (Patxi Alonso, Iñaki Urrutia, Luis Larrodera) no hay presentadoras, sólo hombres. Torito relevó a Llum Barrera en la entrega balear para IB3. Manolo Sarria es quien timonea la versión para Canal Sur, que ha encontrado a su audiencia y aporta sus buenas décimas diarias a la cadena andaluza.

La presencia femenina en televisión palidece cuando no son informativos, actualidad o series. No hay mujeres que presenten concursos ¿Hemos retrocedido al cliché de pensar que una cara femenina distrae la concentración del espectador o es poco creíble para que pronuncien enunciados culturales? La ausencia de mujeres es sólo una cuestión de confianza de los directivos: piensan que con un ‘Jordi Hurtado’ reúnen con más fiabilidad a la audiencia.

Un prejuicio sin más en pro de quien manda en la pantalla, el audímetro.