Las uvas de la ida. Meteduras de pata en las campanadas

30 aniversario de las 'no-campanadas' de Marisa Naranjo

Este año se cumplen 30 del error de Marisa Naranjo en las campanadas.

Otras meteduras de patas: Irma Soriano en 1994, y la de Canal Sur en 2015.

Las campanadas de 1989, con la metedura de pata de Marisa Naranjo.

Treinta años de tomarnos las uvas en serio. Tras atragantarse, se las tuvo que tomar en serio TVE, tal como le pasó a Canal Sur hace cuatro años, cuando un error en cadena en el control (no aclarado del todo aún) truncó la señal justo a medianoche. Lo sucedido hace 30 nocheviejas en TVE fue más de melodrama y de solución definitiva, porque la locutora Marisa Naranjo se comió todas las campanadas creyendo que eran los cuartos. Y los únicos andaluces que en 1989 se tomaron las uvas correctamente fueron los que estaban frente a Canal Sur, en la plaza de las Tendillas cordobesa, con Juan Bustos.

Naranjo, recostada, en las 'preuvas' de Neox con Reyes, Sevilla yAnna Simón.
Naranjo, recostada, en las 'preuvas' de Neox con Reyes, Sevilla yAnna Simón. / Atresmedia

"Éstos son los cuatro cuartos... Notarán que el sonido es totalmente diferente, los cuartos a las campanadas... Aquí comienzan las doce campanadas...". Y sólo hubo silencio entre las tracas que inundaban la Puerta del Sol. La audiencia no avezada aún entre los sones del reloj madrileño siguió al dedillo las instrucciones de la despistada presentadora, que no oía nada, y que se tuvo que desquitar en 2011 en las llamadas preuvas de Neox, en la noche del 30.

Naranjo remató su mala faena diciendo aquella noche "han terminado (sic) 1989. Espero y deseo que hayan tomado las uvas sin precipitación y de acuerdo a como hayan sonado". Fue su disculpa cuando comenzó a imaginarse la que se le venía encima. Y eso que las redes sociales no existían para desatar estas uvas de la ira, y de Marisa, ida, que se le fueron los cuartos al cielo. Las boquitas de los contribuyentes se desplegaron por las cartas al director y las llamadas a la radio, en una indignación que duró semanas y que hubiera sido fácilmente evitable, tal como insistieron al entonces director general, Luis Solana.

La locutora vivió una metedura de pata que de distinto grosor también se repetiría pocos años después en Antena 3 con Irma Soriano (en 1994, no oía nada en el balcón) o José María Carrascal, que invitó a vivir el año 1963 en lugar de 1993; o en Telecinco, con la espontánea Carmen Sevilla y José María Íñigo. "Feliz 1964, 1964", repetía ella tras haber proclamado, con poca fortuna, "esto es Bosnia", entre los petardazos.

Íñigo y Carmen Sevilla, en las campanadas de 1993.
Íñigo y Carmen Sevilla, en las campanadas de 1993. / Mediaset

Sobre meteduras de pata en TVE al menos escarmentaron en la entrada de 1990 y no volvieron a sufrir errores ante la Puerta del Sol porque desde entonces se ubicó una pareja en el balcón más preferente de la plaza: el de la academia Cima y tras ensayos de los participantes, inclusive un ensayo general al mediodía. Comenzó el dúo Martes y Trece (tras sus monjas de Venga el 91), que se quejaron de pillar una pulmonía. TVE se lo pensó un año después y aunó las campanadas de la tele con la radio con una voz de RNE, Javier Sardá, cinco años antes de Crónicas marcianas, y su ficticio señor Casamajó.

Para despedir el 92 apareció el difunto Joaquín Prat en solitario; y a continuación otra pareja humorista, Cruz y Raya, que consolidó el modelo en directo. Pero los más expertos al cabo de los años fueron Ramón García (debutó en 1995 y con su capa contó las uvas en TVE en 12 ocasiones, más otras 2 en Antena 3) y Anne Igartiburu, que lleva 15 campanadas seguidas en La 1, más 2 en la ETB vasca.

Ramón García, una institución con su capa, y Carmen Sevilla, en 2004.
Ramón García, una institución con su capa, y Carmen Sevilla, en 2004. / RTVE

Hasta el error de Marisa Naranjo en el paso del 89 al 90 el momento cumbre del 1 de enero se abordaba de manera rácana por parte de TVE, con una unidad móvil y un narrador que no estaba en las condiciones más idóneas para oír el reloj en una plaza a rebosar de gente ruidosa, en el ombligo del mapa de carreteras. La locutora se quejó que estaba encerrada en un cuarto, con un pequeño monitor, de los de antes, y donde era imposible entonarse con los cuartos y el carillón. Naranjo, busto parlante (como se las denominaba de forma machista) de continuidad fue reclutada a desgana. Daniel Vindel, otro rostro de la TVE en blanco y negro (Cesta y puntos, Torneo), había sido su antecesor y no gustó aquella intervención del 88 al 89 por su exceso de verborrea, lamentaron los directivos. Entre uno, por su monólogo parlanchín (lo que le pasaba a Carmen Sevilla y lo que le sucedió a Imanol Arias en 2012); y la otra, por no enterarse, TVE cambió el concepto de dar el paso a un nuevo año. Se instalaron las parejas y hasta aquí hemos llegado, con la dilecta Anne y con los desvestidos de Cristina Pedroche, que es la protagonista desde sus bragas negras en La Sexta con Frank Blanco. Este año rozará el liderazgo monumental de La 1.

Todo esto queda ya muy distante a lo sucedido hace 30 años, cuando Naranjo tuvo que guiarse por su desafortunada intuición para orientar a muchos espectadores que aún a día de hoy siguen dudando entre los cuartos y las campanadas. Ojalá la única preocupación que tuviéramos ahora con Barcelona es si se retransmitían o no desde allí las uvas.

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