¿Por qué nunca hay malas noticias en el País Vasco?
Prioridades informativas
Las cadenas nacionales, hasta que no se suspendió un partido de la Liga, han tardado nueve días en llevar a la portada la grave catástrofe de Zaldibar
Frente a irresponsables irredentos como Artur Mas, el belga Puigdemont o el inquilino Torra la pose del lehendakari ruso Íñigo Urkullu parece de gran estadista, pero sólo tiene que zamarrearse un vertedero y saltan por el aire el ocultismo y tergiversación que predominan en la información y las consignas del País Vasco, para sustentar al PNV. Ni siquiera permiten que les pueda ayudar el ejército de todos los españoles.
Euskadi, la tierra donde nunca pasa nada. Repasen los informativos de estos años. Cualquier día.
El dinero parece eclipsar lo que sea menester y ante cualquier asunto incómodo que surge por el Norte se descorre una cortina. Son los propios vascos los que creen vivir en esa inopia. La ETB, con su mapa meteorológico de Euskal Herria, cuenta todos los días que viven en la permanente dicha sólo fastidiada por dos enemigos, a saber: el mal tiempo y ese espectro llamado España, en sus distintas variables, origen de todos los males, frustraciones y ascos.
Se inculcan que los crímenes sólo se producen en tierras trogloditas y vagas como Andalucía, en las playas de sus dominios. Comprueben: cualquier drama andaluz salta de inmediato a las portadas de los informativos de Madrid, Barcelona y Bilbao, mientras cuesta que nos enteremos de las cosas del País Vasco.
Allí siguen contabilizando al detalle cualquier rastro de la Guerra Civil pero se difumina cualquier huella etarra. La memoria, como saben en Unidas Podemos, es interesada.
Tardaron, uf, nueve días los canales nacionales en llevar a la portada la tragedia y amenaza del vertedero de Zaldibar, con dos personas fallecidas. Hasta que no se suspendió el partido del Éibar y se anunciaron recomendaciones más expeditivas por allí pasaba poca cosa. Ya subrayamos hace una semana por esta web que resultaba sospechoso y hasta vergonzante la falta de información sobre un asunto bien grave. Urkullu ha tardado doce días en abrir la boca.
Y en cuanto sea posible se instalará el silencio para los de allí y para los periodistas de Madrid que estén allá.
Lo prioritario será entonces que en la Eurocopa de Bilbado habrá que escenificar que la selección española es un equipo extranjero.
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