El interior de la finca Cantora el día en que murió su dueño, el diestro Paquirri

El 27 de septiembre de 1984 los espectadores españoles, a través de los dos únicos canales que funcionaban a nivel nacional, los dos de TVE, pudieron contemplar las imágenes de la cogida mortal de Paquirri en la plaza de Pozoblanco. El reportero colaborador de la cadena pública, el cordobés Antonio Salmoral, captó el fatídico instante con un equipo portátil de VHS, particular, que había adquirido. Salmoral entró en la enfermería en la tarde del 26, captando a Paquirri dirigirse al médico, tranquilizando a todos, ante la delicada intervención que debia acometerse. El diestro murió desangrado en la ambulancia que lo llevaba a Córdoba para la operación quirúrgica que necesitaba en la pierna

En el especial en TVE en Andalucía (el informativo se llamaba Telesur), antecediendo al Telediario de las tres de la tarde, el redactor de información taurina del centro territorial, Pepe Galván, y el director de la seda y conductor del informativo, Juan Teba, hablaron con los reporteros que estaban en Pozoblanco y que habían facilitado las imágenes (Salmoral y Ángel Delgado) y también se ofrecieron unas breves imágenes del diestro en su domiciio, en la ya célebre finca Cantora, en Medina Sidonia. Apenas medio año atrás Paquirrí recibía a Miguel de la Quadra-Salcedo montado en el helicóptero del concurso A la caza del tesoro, aterrizando en el acceso a la hacienda. Meses después Galván pudo captar imágenes del interior del cortijo en una entrevista con el diestro ante lo que iba a ser su prevista última temporada, deseo que no llegó a cumplir con su cogida mortal.

Cantora ya llamaba la atención por ser la residencia del reciente matrimonio de Paquirri con la cantante Isabel Pantoja, madre del bebé de la pareja, Kiko (que entonces fue conocido coo Paquirrín). En este breve reportaje aparece la tonadillera sevillana en lo que era su rincón en Cantora, lleno de fotos y objetos personales, donde sonreía a la cámara (foto de arriba).

El cámara de Telesur también hizo una panorámica al salón donde se acopiaban las cabezas de reses de recordadas faenas del diestro. Algunas de ellas, reclamadas por los hijos del torero y Carmina Ordóñez, Fran y Cayetano. Sobre los objetos reclamados por los hijos Isabel Pantoja llegó a responder que habían sido sustraídos.

En uno de los salones el diestro charló con el equipo de TVE, con la decoración rústica típica entonces de las casas de campo.

Paquirri compró Cantora antes de casarse con Isabel Pantoja y quería, en esa vuelta a su tierra y a sus orígenes, formar un proyecto de vida nuevo e ilusionante tras su divorcio con Carmina Ordóñez y su vida de fiestas nocturnas en Madrid. El cortijo era su vuelta a las raíces, cerca de su pueblo natal, Zahara de los Atunes (pedanía de Barbate). Cantora estaba concebido como "un el proyecto de vida en familia". Una extensión de 500 hectáreas en la campiña que rodea Medina Sidonia, donde pastan algunas de las grandes ganaderías de toros de lidia. Una finca con mansión rústica de dos plantas, plaza de tentadero, cuadras , nave de almacenaje, piscina zona de monte y de dehesa para pastos, junto a tierras de cultivos,

El acceso a la hacieda suele ser lugar de espera de los fotógrafos, para seguir a Isabel Pantoja y a sus visitantes. En ese acceso es donde Isabel grita "no me vas a grabar más", en plena vorágine judicial de su entonces pareja, en 2004, Julián Muñoz. Cantora está ubicada en la carretera A-396, en el término municipal asidonese, a 7 kilómetros de su casco urbano, en alto, En la planta baja del cortijo, de 637 metros cuadrados de superficie, están los salones, una oficina y la cocina. En la parte superior se encuentran principalmente los dormitorios y cuartos de baño. En el sótano se instaló el gimnasio y la bodega, con su salón de fiestas, muy típico entonces a semejanza de la 'bodeguiya' de la Moncloa de Felipe González.

Isabel Pantoja sigue residiendo en Cantora, acompañada de su hermano Agustín, y ya sin la visita de sus hijos, KIko e Isa, con los que no tiene relación y que se criaron en este cortijo. Para contar con metálico y poder adquirir un inmueble en Madrid, la viuda de Paquirri lleva años intentado vender, al completo o por partes, la extensión de la finca. En 2017 se puso a la venta con un precio de salida de 7 millones de euros, cifra superior a su valor de mercado ya que entonces la tasación de los peritos la cifraba sobre los 5 millones. Habría en la actualidad un comprado en firme, a la baja, que querría crear un hotel rural en lo que fue la última residencia de Paquirri.