La aldaba
Carlos Navarro Antolín
Ni un español sin su mensajito de Navidad
Gente con carácter
Un paseo por las ciudades españolas, #orgullososdeloquesomos, es la propuesta que whisky DYC ha lanzado, con los rostros y voces de Juan Ibáñez y Damián Mollá (la hormigas de El Hormiguero), como guías, en esta ocasión por el Madrid profundo.
El Teatro Lara, la antigua Real Fábrica de Hielo, el taller de una luthier coreana, las azoteas de la Villa y Corte, son algunos de los lugares que se visitan de la mano de Trancas y Barrancas, salpicados de anécdotas y el humor muy del estilo de ellos. En el Café Comercial el brand ambassador de DYC, Antonio Aranda, invita a los curiosos a una cata sensorial, manoseando los granos de cebada castellana, oliendo a ciegas fragancias del destilado, o fracturando bloques de hielo de agua pura de la Sierra del Guadarrama. El destilado necesita ese agua para completar su esencia, junto al envejecimiento en botas de roble que alojaron bourbon en sus entrañas.
Juan y Damián guían por una ruta muy atinada, donde sale a relucir el empeño del lucense Nicomedes García, un emprendedor industrial que se empeñó en que España se destilaran sus whiskies autóctonos. Pero además, creó la agencia de publicidad Azor, la que lanzó el Toro de Osborne, una naviera, la compañía de transporte de viajeros Auto Res, o el Banco General del Comercio y de la Industria, que vendió a Rumasa en 1977.
Así, hace 67 años, el creador del whisky DYC, todo un adelantado a su tiempo, construyó sus primeros alambiques en Segovia, muy cerca del río Eresma de cuyas aguas se nutre, en 1955. En los años ochenta ya presumía de que sus seguidore eran ‘gente sin complejos’ según el eslogan de la época.
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