¿Alguien no coleccionó los cromos de 'Dartacán' o 'David el Gnomo'?
Recuerdos
La muerte del productor Claudio Biern Boyd rescata la memoria de las series de animación de sobremesa entre los 70 y 80, las que creó y las que explotó comercialmente
Video: Muere a los 82 años Claudio Biern, creador de 'David, el Gnomo' y 'Willy Fog'
Eran uno, dos y tres, los famosos...
A Claudio Biern Boyd, fallecido este lunes en su Palma natal, le cambió la vida un día en que muy cansado de la oficina le fueron a recibirles sus mascotas a la puerta de casa. Llegaban juguetones y rendidos a su presencia. Y ahí surgió la chispa. ¿Y si los mosqueteros de Alejandro Dumas fueran perros, tan leales y valientes? D’Artagnan se convirtió así en Dartacán y hay muchos más españoles que conocen al personaje por su nombre perruno que por su denominación literaria.
Dartacán y los tres mosqueperros, que animó la sobremesa de los sábados hace exactamente 40 años, fue la primera adaptación libre que de las novelas más conocidas la firma española BRB transformó en éxito de animación internacional. Y en discos machacones. La siguiente a los mosqueperros fue otra de las que hacen época.
¿Alguien conoce a Phileas Fogg, el personaje de Julio Verne? Más bien todo el personal sabría mencionar a Willy Fog como ejemplo de viajero impenitente. "Viajas más que Wilyfó", se suele oír por la calle. Esta adaptación de La vuelta al mundo en 80 días se llevó más de un año en la sobremesa de los domingos de la Primera y casi Única Cadena en 1984. BRB convertía en oro todo lo que tocaba pero porque en tiempos de monopolio cualquier contenido infantil que tuviera calidad y cariño era respaldado por todas las generaciones. Y eso lo sabía bien Claudio Biern, que a sus 82 años podría considerarse que nos deja el Walt Disney balear, que supo crear un emporio desde la animación propia y también de la ajena. Era experto en merchandising cuando nadie conocía esa palabra.
Para levantar grandes éxitos que fueran tan rentables para hacer peluches, canciones, cromos y todo lo que pudiera ser digno de explotar con las efigies de los personajes, sólo bastaba, tras adquirir los derechos, con que TVE posicionara en una franja tradicional, las 15.30, tras el Telediario de los fines de semana, la ficción animada en cuestión.
Así pasó con Heidi y Marco, las dos series niponas que abrieron este melón que a la audiencia y publicidad que reunía TVE se le sumaba toda la explotación comercial de esos personajes. La abeja Maya se incorporó los domingos por la tarde del 78, casi con calzador, para que ampliara el escaparate comercial. ¿Qué español entre los 55 y los 35 años no ha coleccionado los cromos de Danone de algunas de estas series infantiles de TVE?
Claudio Biern amplió las posibilidades. No sólo se conformó con adquirir los derechos de merchandising de las series japonesas sino que encargó sus propias historias y personajes. En 1979 nació así Ruy el pequeño Cid. Tirando la tradición española, convertía en un personaje de aventuras juveniles el héroe medieval. Y antes de los mosqueperros había que apurar el tirón del Mundial 82 y de ahí que Naranjito se convirtiera en serie junto a su novia Clementina y su amigo Citronio, que BRB se sacó de la manga para dar forma a Fútbol en acción.
Tras Willy Fog la firma de Biern Boyd conseguiría su producción más memorable, con animación coreana y basado en un éxito literario del momento. David el Gnomo, en los sábados del 85, arrancó más de un lágrima a los espectadores que se sentaban en familia tras el almuerzo a ver lo que echaban en TVE. Eran otros tiempos. Claudio Biern fue visionario y emprendedor, hizo cosas nuevas hasta última hora y actualizó sus personajes. Nos hizo más felices y él hizo su negocio.
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