Las imágenes de la berrea
David Broncano se inventó falsas presiones de Pablo Motos para fabricar odio en las redes
Entrevista a Aitor Gabilondo
Con su firma Alea Media ha creado para Mediaset ficciones como Madres o la recientemente finalizada en Telecinco Entrevías. La versión de Patria en HBOMax lleva su firma y en esta semana presenta la docuserie Los Borbones junto a Ana Pastor para Atresmedia tras anunciarse su proyecto El silencio para Netflix.
Aitor Gabilondo se ha convertido en uno de los nombres fundamentales de la ficción española televisiva en estos momentos y un promotor de talento excepcional. Con Aurora Guerra ha puesto en marcha como productor ejecutivo Escándalo. Relato de una obsesión, thriller dramático que le echa un pulso interpretativo a Alexandra Jiménez, tan relacionado con la comedia, y le da la oportunidad a Fernando Líndez. La serie de ocho episodios se graba en estos momentos en la localidad alicantina de Denia.
–Escándalo puede reducirse a una mujer madura que se enamora de un menor, pero ¿qué hay más allá?
–Diría que es el retrato de una mujer que se desestabiliza y cuenta el por qué. No es sólo una atracción física, sino todo lo que le rodea: la incomprensión, la violencia que ha sufrido. Ese viaje es lo que me parece interesante. La violencia que han sufrido de pequeñas las mujeres se convierte en la edad adulta en violencia contra sí mismas. Hay un automaltrato en distintas formas. Más allá del sexo, lo que esconde esa actitud.
–¿Como se ha animado a impulsar este proyecto?
–Es una serie de Aurora Guerra con la que desde Alea Media estamos intentando potenciar nuevos nombres, sus historias. Tras Entrevías con David Bermejo y ésta contamos con dos nuevos autores y esperamos darles la oportunidad a muchos más. Yo personalmente espero mucho, confío en Aurora y la conozco de guionista desde hace muchos años. Soy la Shonda Rhimes española (bromea) y me interesaba que ella contara una idea propia.
–¿Cómo se gestó el fichaje de Alexandra Jiménez?
–Tenía muchas ganas de trabajar con ella. Hemos tenido suerte. Alexandra le puede dar muchos matices a su papel.
–¿Qué balance hace de su productora?
–Son cinco años con Alea Media y hemos hecho ocho proyectos en muy poco tiempo. Ha sido muy intenso. En AleaMedia somos nueve, pocos y suficientes. Siempre digo que me hice productor para que me respetaran como guionista. El panorama de la ficción televisiva ha cambiado mucho, y no para de cambiar, seguimos adaptándonos a ese panorama y nos encargamos de aportar contenido, que es algo que no cambia.
–Ahora que es productor ¿cómo se relaciona con los guionistas?
–Está mal decirlo, pero no me considero productor, mi trabajo es más de showrunner. Me gustan las historias y me gusta respetar las historias que me están contando, ya sea como productor como dentro del equipo de guionistas. Cuando confías en los que narran y te lo cuentan con pasión sólo tienes que apoyarles.
–¿Hubo un proyecto que le empujó a dar este paso a la producción?
–Cuando comenzamos Alea Media esperaba ponerla en órbita. A partir de un volumen no podía hacerlo yo todo. Queremos tener dos líneas:las series que yo hago y otras que nos parecen buenas y que ponemos en marcha. Quiero atraer el talento. El talento de los creadores y después de los demás, directores, técnicos, actores... Quiero una productora de creadores. A diferencia de otros tiempos.
–Es una serie en escenarios naturales, reales ¿era inevitable en una ficción realista?
–Son pocos capítulos por lo que construir decorados a veces no sale tan a cuenta. Y los escenarios naturales son siempre un plus de producción.
–¿Por qué eligieron un entorno como Denia?
–Es un lugar que conocía muy bien Aurora Guerra, bien comunicado, con una luz tremenda. Y si grabamos ahora es antes de que la temporada alta lo convierte en un problema para trabajar.
–¿Crear ocho capítulos cerrados entra en su plan de no hacer ficciones que se alarguen innecesariamente?
–Llevamos mucho años haciendo series y hemos padecido lo de alargar de series. Uno de los cambios actuales es que no es necesario estirar las historias. Las miniseries es el formato que más me gusta:cuenta todo lo que necesites y permite no agotarte ni agotar con tramas que se extiendan más allá de lo conveniente. Además, hacer proyectos cerrados te permite renovar.
–No es el caso de Escándalo, pero ¿dos temporadas sería la extensión aconsejable, como mucho, para historias complejas?
–Desde un principio es imposible pensar en 40 capítulos. Cuando te pones a trabajar piensas en un arco de ocho, diez episodios. Antes de empezar siempre tienes tiempo para pensar en una buena primera temporada. Si llega el éxito los plazos se acortan para seguir con una segunda, una tercera. Ya vas entonces corriendo. A mí me gusta que los proyectos se acaben.
–¿Reciben muchos proyectos?
–Nuestras series surgen de nosotros. Con Entrevías comencé a trabajar con David Bermejo, quería contar de nuevo con José Coronado. Vemos y leemos mucho. Lo que no veo posible es que ahora se hagan series sin una voz propia, una autoría propia.
–¿Es vincular la creación televisiva con la literaria?
–Es un concepto de creación muy similar al del teatro. Se le hace caso al autor. Lo importante siempre será la pasión y el equipo siempre agradece que el escritor, como creador, esté presente en el plató, que te pregunten. Ese viaje de ida y vuelta hace que tenga vida la producción de una serie. Este tipo de creación y autoría tiene más relación con el teatro que el mismo cine comercial.
También te puede interesar
Las imágenes de la berrea
David Broncano se inventó falsas presiones de Pablo Motos para fabricar odio en las redes
Lo último