Los helados de nuestra infancia que se tomaban en 'Verano Azul'
Recuerdos veraniegos
El retrato sociológico de la serie de Antonio Mercero se remarca en las escenas cotidianas donde aparece el postre estival por excelencia
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Que te den un buen corte. No se lo dieron a ninguno de los personajes de Verano Azul porque era complicado mantener un diálogo chupando el helado entre los barquillos, pero por entonces, a finales de los 70, cuando se rodó la serie de Antonio Mercero, era habitual pedirlo en el quiosco heladero. El verano nos une a los helados, a los polos de la infancia, y ahí sí aparecen en un par de escenas Tito y el glotón del Piraña (accionista de las patatas fritas Matutano) disfrutando de los helados en palo. De hecho en una de esas escenas aparecen ante un quiosco de Helados Avidesa, la firma valenciana, que pugnaba entre las grandes, y que es la que aparece en distintos episodios.
O Avidesa proporcionaba material al equipo o había un gran aprecio de los de Mercero por la empresa de Luis Suñer ya que la marca llega a aparecer con evidencia. En Verano azul se traza un retrato intergeneracional en los primeros años de la transición y ahí entran las marcas cotidianas, lo que comía y bebía la clase media española por entonces, cuando no existía aún la figura como tal del product placement en las series españolas. Así que si aparecían polos y heladeros era por motivos de dar mayor autenticidad a las tramas, como si lo que vivían los veraneantes era sacado de un reality. Suñer, por cierto, llamado el 'rey del pollo' por su negocio de productos aviares junto a los helados, sería secuestrado por ETA en 1981.
Los helados eran pequeños lujos que se permitían las familias de vez en cuando y eran productos que se consumía sólo en verano. De hecho los helados industriales ni siquiera se podían encontrar en los supermercados. Como mucho, las barras (normalmente de tres sabores: nata, chocolate y vainilla), con las que se hacían los cortes, podían encontrarse en algunos comercios junto a la nata montada ("mix montado") helada de Somosierra.
Miguel Joven y Miguel Ángel Valero, Tito y Piraña, no solían equivocarse con el guion memorizado pero en la escena de los helados si hubo que hacer más tomas de la cuenta porque los pequeños actores estaban encantados con repetir tomas de cámara y tomas de polos.
En otros momentos aparece el cartel de Avidesa de 1980, como en una escena en la que Desi y Bea pasean por una plaza de Nerja y se puede distinguir lo que se ofertaba en los quioscos de esta marca.
El cartel de Avidesa no es de elaboraciones sofisticadas, era el surtido sincero de por entonces de una firma que competía en cantidad por debajo de las dos grandes, Frigo y Camy (Nestlé terminaría absorbiendo a Miko y a Avidesa a finales de los años 90). Cuando se rueda Verano Azul, entre 1979 y1981, no existen el Frigo Dedo, ni los calippos, ni los twister ni los magnum y todos los similares que ahora nos parecen tan comunes. El cartel se distribuye con los sorbetes (de naranja, limón, fresa, vainilla y chocolate), los bombones (de cobertura fina) y los bombones de frutas.
En la segunda franja se aprecian el sandwich de nata, un éxito de esta marca, el vasito y un vasito 'de luxe', la tartita, de vainilla y sirope de fresa que aparecerá más al detalle en el capítulo A lo mejor. Tito debe hacer huelga de hablar así que no puede comunicarse con su madre (a cargo de Lola Montés, hermana de Emma Penella en la vida real) y desespera ya que no puede zamparse la tarrina, que aparecía en primer plano.
En la tercera franja del cartel junto a Desi y Bea se ven los cucuruchos de Avidesa, que se llamaban Apolos, nombre que ha rescatado la nueva firma Camy, que ha adaptado el logo de esta antigua marca, rojo y azul.
También se aprecian en el cartel los postres familiares de la desaparecida marca valenciana: la tarta de frutas, la tarta al whisky (todo un clásico, anterior a la comtessa de Frigo, que apareció a mediados de los 80) y la llamada Tarta Medalla de Oro que era el producto más caro de Avidesa y que costaba unas 500 pesetas de la época, más o menos 50 euros al cambio actual.
En otro capítulo aparece un carrito de la firma sanluqueña La Ibense (en la foto que abre el reportaje), helados de carácter artesanal, y el heladero anuncia cucuruchos de piña, coco, nata, turrón, tutti fruti, chocolate y café. Faltan sabores como el de fresa que es el que se toma en la terraza Julia, el personaje de María Garralón, que charla con Desi. El heladero de La Ibense también lleva en el carro polos, mantecados, cortes y coyote, un helado de vainilla y chocolate de esta firma gaditana que sufrió una grave crisis recientemente.
Verano Azul es un escaparate de la infancia de los niños de los años 70.
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