La isleña Julia Medina vence en la primera gala de 'Tu cara me suena 11'

Opinión

Julia Medina como Laura Pausini
Julia Medina como Laura Pausini

Tu cara me suena regresaba este viernes a Antena 3 y es de esos formatos que el público generalista (que aún confía en sentarse en el televisor por la noche y consulta la programación) aguarda y sigue semanalmente a través de distintos consumos: desde aguantar las galas con anuncios incluidos, verla a trozos bajo demanda o compartiendo los vídeos de sus actuaciones a través del móvil.

El formato de Gestmusic se puede ver a píldoras pero se disfruta con las interacciones del jurado, de los que se ganan ese sueldo, o las (largas) votaciones eurovisivas. Es de esos espacios clásicos de prime time que continúa con músculo firme.

La producción del equipo de Tinet Rubira está calculada con balanza de precisión, para que distintos géneros convivan, que clones actuales se alternen con viejas glorias o las coreografías con las baladas. Y sobre todo un elenco de participantes compensado, capaz de dar respingos a lo largo de la noche, con concursantes llamados a la guasa y otros al desafío artístico exigente.

Todos tienen su oportunidad y nadie debería estar fuera de sitio (las malas caras, el desánimo, la chapuza, todo eso se nota de inmediato en formatos así).

En esta edición está claro que Juanra Bonet, Valeria Ros o Miguel Lago van a sacar rédito de sus fantoches pero también Conchita o Raoul Vázquez van a agradar con sus imitaciones. Y jóvenes cantantes como la gaditana Julia Medina pueden lucirse con su talento y mostrar su versatilidad. En la primera gala ganaba y ha brillado con su Laura Pausini.

Ha presentado sus credenciales. Tu cara me suena es de esos escaparates que revalorizan a sus participantes, ya sea por calidad vocal o por valía cómica. Pone a la gente en su sitio.

Hasta Raquel Sánchez Silva está más suelta que en los formatos que presenta en TVE. Su Nebulossa es difícil de diferenciar respecto al original.

Es decir, Tu cara me suena es capaz cada noche de asombrar.

Lo que es muchísimo en estos tiempos televisivos donde lo generalista ya no sorprende.

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