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La fiesta que no vimos de Rosa María Sardá

Obituario

Sus programas de cabaret sólo se veían en el circuito catalán durante la transición. Cuando dio el salto a nivel nacional, con 'Ahí te quiero ver' en 1984, la fallecida artista catalana se consagró

Portada del disco 'Festa amb Rosa María Sardà'

Rosa María Sardá, fallecida en este jueves de Corpus, era muy de los catalanes. Con humor burlón y un flequillo adelantado y alborotado que lució mucho antes que Cristina Pardo. Su hermano Javier le creaba unas entrevistas con mordiente y guasonas, como después oiríamos con él en La bisagra y La ventana. Mucho antes de que Javier aterrizara por Marte en Telecinco probaba con la familia gags y recursos. Fue donde conoció al señor Galindo. Ahí te quiero ver fue de lo mejor de la TVE ochentera, la Tele Roja de Calviño (José María, padre de la ministra), donde el entretenimiento podía unirse al interés informativo o cultural. Además de la burguesa repelente que veía la tele aburrida con Honorato (Enric Pons, fallecido en 2001) Rosa María entrevistaba, actuaba y hacía reír. Y hacía pensar.

Honorato y su irritante mujer, Enric Pons y Rosa María Sardá

Se valora que Los Simpson fuera una serie tan pionera que cambia en cada introducción pero eso ya lo hacía un lustro antes el equipo de Ahí te quiero ver (1984-1987), con lo de "la presentadora más excitante de la televisión mundial".

Ahí te quiero ver, programa con Rosa María Sardá. 1984

Fueron dos temporadas pero Rosa María Sardá se hubiera permitido mucho más. Optó mejor por el cine. Como todo quedaba en familia, había llegado entonces la hora de sus compadres de La Trinca, en TV3 y en la TVE de Pilar Miró (Tariro, tariro), de ahí a fundar Gestmusic, una máquina de hacer formatos y de fabricar dinero.

La mujer por entonces del rubio de la Trinca, Josep Maria Mainat (se divorciaron en 2002), se encargó de un Vídeos de primera para las autonómicas y la vimos en Canal Sur en Olé tus vídeos, por el 92, con este eurovisión regional de cachondeo y caídas. Gestmusic estaba llamada a metas mayores. El ex cuñado de Rosa María, Joan Ramón Mainat, empujó el proyecto de Crónicas marcianasCrónicas marcianas y se inventó lo de Operación Triunfo.

Pero la recordada actriz nació como un fenómeno local que animaba las tardes del llamado entonces circuito territorial de Cataluña de TVE. Montaba una fiesta de sobremesa cuando en el resto de España lo que se sintonizaba era agüilla hertziana. "Sólo en Cataluña y Baleares", como anunciaban en el Teleprograma, tenían su franja de tarde en catalán con una programación variada de contenidos bastante rentables. Cuando Carme Forcadell hacía reportajes pelín petulantes con Giravolt,Giravolt la actriz favorita de Terenci Moix era un indiscutible cascabel deslumbrante para el público de finales de los 70 con su Festa amb Rosa María Sardà.

Festa amb Rosa María Sardá, TVE Cataluña 1979

Por las tardes había fiesta catalana, un cabaret donde "la Sardá" se contoneaba con tintes satirones por la sala. La Trinca se atisba en esos programas, como el posterior Las nits de la tieta Rosa y Per molts anysPer molts anys el inmediato precursor de Ahí te quiero ver. En el éxito de Rosa María se encuentra el espíritu de los de Canet con su animación, humor y coreografías picaronas, premeditadamente anticuadas. Su público la encontró en Una vella i coneguda olor (Un viejo y conocido olor) serie (Novela) sobre la obra de Josep María Benet, en 1975. Ya por entonces demostró su versatilidad aunque la broma y la ironía le surgían casi sin querer.

Tuvo una presencia más bien breve en la televisión nacional pero fue un trampolín suficiente para curtirse en el cine y en el teatro. Pero si apretamos la memoria la encontramos en la gala de inauguración de la Lotería Primitiva, Rosa María Sardá presentó junto a Bertín Osborne el nuevo juego en octubre de 1985, con el secretario de Estado de Hacienda, Josep Borrell, en las mesas del Florida Park. Lo más memorable de aquella noche donde los españoles descubieron la quiniela de puro azar fue la actuación de Tip y Coll. ¿Para qué? Paraguayo. Y en tres ocasiones la catalana fue la maestra de ceremonias de la gala de los Goya.

La aparición de Rosa María en la pantalla era una fiesta porque no se prodigaba por el cristal. En 1994 protagonizó una de las primeras telecomedias de antihéroes en TVE, al recuelo de Los ladrones vana la oficina que triunfaba en Antena 3, Villa Rosaura, que pasó de largo.

En el 2005, para las tardes del fin de semana en TVE, protagonizó la adaptación de las vivencias de Rosa Regás con Abuela de verano, muy del espíritu de Rosa María, que venía a representar una Cataluña fresca y descarada y a su vez reconocida y respetada. Aunque en realidad ella nunca quiso ser representante de nada.

"La Sardá" era desparpajo. Una comediante completa, brillante en el contexto de su generación y del tiempo que le tocó animar.

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