Fernandisco, "Cuando el mundo va tan rápido se insensibiliza la gente"
Entrevista
Veinte años después de dejar Los 40, el dj regresa "a su casa" y cuenta las historias de sus canciones en Los 40 Classics cada mediodía
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El centenario de Radio Sevilla, con humor, amor y evocación
Hace 20 años Fernandisco dejaba Los 40 y ahora acaba de incorporarse al mediodía, de 11 a 2, a Los 40 Classics. Vuelve a su casa. Así se lo ofrecieron los reponsables de las cadenas musicales de Prisa Radio yLos 40, Vicent Argudo y Toni Sánchez. Es un regreso bonito, para los oyentes de Fernandisco y para el propio Fernando Martínez, un joven locutor de 65 años.
Pregunta.–Este dato no aparece en Google, es memoria televisiva personal. Usted, como Fernando Martínez, con corbata y chaqueta, presentaba Momentos en los domingos de la Segunda Cadena de 1986. Y ese Momentos es el primer espacio que del UHF también pasa a emitirse por la Primera, en las mañanas, en toda la historia de TVE.
Respuesta.–Oh, no había caído. Muchos se sorprenden cuando me descubren en Momentos en Youtube. Yo entrevisté en ese programa a Camarón, a la fallecida Inma de Santis, diría que la primera entrevista a Ana Obregón. Había actuaciones. Me dio mucho aprendizaje.
P.–¿Por qué se decantó por la radio? En TVE tenía un camino...
R.–Era una bifurcación. Me hace recapacitar ahora mismo. En Momentos estaba como pez en el agua. Me gustaba. En la tele era Fernando y era Fernandisco en la radio. Me decanté por la radio porque ahí conocí a Fernandisco, que es este personaje que sigo siendo. La radio me gustaba desde pequeño y siendo adolescente me fichó Radio Barcelona para hacer los turnos de la mañana y seguí por la radio musical. Para Momentos me llamó a Sant Cugat Juan José González y fue una etapa a la que no descarto volver para ponerme un traje. Momentos duró exactamente dos años. Estaba muy bien realizado, cuidado, con un tono experimental, rompedor. Inka Martí era copresentadora, debutó también ahí en la televisión.
P.–Pero ante el micro usted se convierte en otro personaje.
R.–La sensación que tengo es que soy un bicho de radio, pero también de la televisión. La radio me apasiona por la sencillez, donde puedes inventar algo en cualquier momento. En imágenes todo se complica, tiene que ser más medido. Según el formato en la televisión todo es gigantesco y formas parte de un engranaje.
P.–A la edad en la que hay que jubilarse usted vuelve donde comenzó.
R.–Soy un señor de 65 años que se siente muy bien. He estado rodeado de gente que fumaba mucho pero yo nunca he fumado, ni he bebido, ni me he drogado. Elegí ese camino. Si te maltratas no puedes tener esta forma física con mi edad. Pero también te puedes caer de una escalera. Para mí es bueno dilatar mi carrera porque sigo teniendo pasión.
P.–Y lo que le apetece es trabajar.
R.–Quiero hablar de la música. Estoy disfrutando como nunca, pinchando números uno que eran nuevos cuando comenzaba. Tengo el mismo horario que tenía en Los 40. Para mí es delicioso contar de nuevo anécdotas de esos cantantes y grupos, de sus canciones. Paul McCartney, que acaba de estar en Madrid, inauguró el estudio de Los 40 y siempre ha lucido esa educación exquisita. O Elton John: es el mejor dueto de persona y artista. Nadie tiene una playslist tan humanizada como él: Rocketman, Candle in the wind, Crocodile Rock. Tienen el calibre de semidioses y yo he sentido como una gran suerte que me regalaran su tiempo para entrevistarles. YPhil Collins, George Benson, Quincy Jones...
P.–¿Alguien se le resistió?
R.–Michael Jackson, porque no era accesible. Son artistas y yo los acepto así. Los Oasis o Madonna, son supestrellas, no son tan simpáticos, pero yo era feliz teniéndoles en el estudio. La humildad es la mejor alfombra para caminar. Me da seguridad. Lo que hice hoy ante el micrófono no tiene que ver con lo de mañana. El cuadro lo pintamos de forma diferente cada día.
P.–¿Cuál sería la principal lección de más de 40 años de radio?
R.–Que todos queremos ser amados. Es el desenlace de nuestra historia. No puedes gustar a todo el mundo y decidí tener una banda sonora propia. Hay frases que utilizaba entonces y ahora como “te voy a dar un mordisco en el menisco”, que para mí es aportar pura energía a través de la música. Queen, Bruce Sprisngteen. Tengo oyentes que me escuchaban de pequeños y ahora tienen 40, 50 años. Me gusta que me digan que estudiaban conmigo. Acabo de llegar a Los 40 Classics y se me acercan por la calle diciendo que “vuelvo a ser uno de los muebles de la casa”.
P.–Usted pasó por el vinilo y los cartuchos, después por el cd y ahora toda la música del mundo cabe en cualquier móvil.
R.–En la radio humanizamos la playlist. Las cosas cambian y lo bueno permanece. En casa tengo miles y miles de discos y cd. Discos firmados por George Michael, Prince ¡tengo cassettes! Es una parte analógica y ahora trabajo con una informática futurista que hubiera sido ciencia ficción cuando empecé. Lo que hay que hacer es modernizarse, que esas sensaciones que generaban los clásicos sean ahora sensaciones digitales. Las canciones progresan por la melodía y siguen estando vivas. El que vaya alguien el coche cantando Don’t Stop me now me encanta. La gente se emociona nada más escuchar a Freddie Mercury.
P.–Los Hombres G parecían que hacían canciones tontas de un rato y llevan también ahí más de 40 años.
R.–Son melodías que han atravesado los años. Arrastran a través de las generaciones. Acabo de poner a Cindy Lauper, con Time after time. La canto en el coche. Las canciones van más allá, te recuerdan cosas buenas. En National Geographic está el documental Mi cerebro musical, con Sting sometido a los electrodos y las neuronas en el cerebro parecen que bailan. Alaska canta temas que son himnos y que siguen haciendo bailar en un tardeo. A mí me gustan Alan Parsons, Yes, Supertramp, el rock sinfónico. Hay canciones largas que no caben en la radio musical pero debemos saber qué temas podemos seleccionar de esos discos. En Los 40 Classics me llegan las canciones que voy a presentar y todos son números 1, no podría decir qué quito o qué cambio. La lista me llega hecha y disfruto junto al oyente.
P.–¿Como se definiría con su trabajo en la radio?
R.–Hay mucha diferencia entre oír una plataforma o lo que te selecciona una emisora. Yo me defino discjockey storyteller, un dj que sabe contar historias alrededor de las canciones para hacerte sentir feliz.
P.–Usted forma parte de la selección nacional de Joaquin Luqui.
R.–Joaquín Luqui era el maestro. Yo soy del equipo de los históricos de Los 40. Sólo puedo dar las gracias por volver a mi casa.
P.–Y antes de usted, Rosa Chaves, Pepe Cañaveras y, sobre todo, Pepe Domingo Castaño y El gran musical.
R.–Pepe Domingo fue la mejor voz de la prescripción. El que mejor unió música, publicidad y deporte. Lo recuerdo de niño, como locutor y como cantante.
P.–¿Ya no hay éxitos como los de antes?
R.–Ahora el éxito de una canción dura un mes. Yo recuerdo canciones que permanecían en las listas meses y meses. Las de Bryan Adams, Wham!, Boney M... Se ha perdido la magia. Las canciones no se trabajan igual. Tú escuchas algo de Bon Jovi y encuentras mil capas. Toda la producción es rápida: en música, series, películas. Nos hemos convertido en máquinas de consumir y no disfrutamos de esa consumición. Todo va demasiado deprisa y cuando el mundo va tan rápido se insensibiliza la gente. Yo tengo la suerte de contar a la gente las canciones con las que la gente disfruta. Con la misma herramienta de siempre:voz y corazón.
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