La explotación y el coste de los productos baratos
Denuncia
'Documentos TV' emite esta medianoche en La 2 'El precio de lo barato' un reportaje sobre los abusos laborales y sexuales a jóvenes en la India
En todo el mundo se calcula que 40 millones de personas viven en condiciones de esclavitud real
El precio de lo barato es el título del reportaje que esta medianoche emite Documentos TV (se estrena a las 20.00 en RTVE Play). En el análisis se denuncia qué hay detrás de cada objeto que el mundo rico adquiere a precios irrisorios: un sistema de abusos laborales, tráfico de personas y trabajo infantil. En India, por ejemplo, Joseph Raj y su ONG pelean por mejorar las vidas de las niñas explotadas en las fábricas textiles y denuncian los abusos, laborales y sexuales, a los que están sometidas.Se estima que aún hay 40 millones de esclavos.
En la India el trabajo en régimen de servidumbre se prohibió oficialmente en 1976, pero sigue siendo habitual. El programa de La 2 expondrá hoy que las estimaciones cifran en unos 40 millones de personas atrapadas en la esclavitud moderna y que, de ellas, el 70% son mujeres.
Documentos TV presenta que en el estado de Tamil Nadu existen más de 1.000 talleres textiles que utilizan como mano de obra a más de 100.000 niños y adolescentes. Estas jóvenes ganan el equivalente a 120 euros por tres años de trabajo, separadas de sus familias y albergadas en barracones abarrotados en las mismas fábricas donde trabajan 12 horas diarias.
"La industria mundial de la moda sigue siendo uno de los motores de la esclavitud moderna", denuncia en El precio de lo barato, Carry Somers, la diseñadora británica y fundadora de Fashion Revolution, el movimiento global que lucha por el cambio y la transparencia en la cadena de suministro de la industria textil.
El documental desvelará el siniestro mundo de la esclavitud moderna en las fábricas de algodón de la India. El equipo del documental ha grabado una de las inspecciones que las autoridades llevan a cabo y que los patronos conocen previamente gracias a los sobornos que pagan a los espías que les alertan de los registros. “Esto es como una prisión. Deberían tratarlas como a seres humanos”, les exige Joseph, el denunciante de este reportaje, que cuenta con los testimonios de afectadas.
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