La Eurocopa en la que Manolo el del Bombo se convirtió en símbolo de España sin querer

Historias de la selección

Hace 44 años la audiencia de toda Europa descubrió en las retransmisiones de la selección española a su animador más entusiasta

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Manolo el del Bombo en 2017 en una entrevista
Manolo el del Bombo en 2017
Francisco Andrés Gallardo - Jefe de sección de Vitally

04 de julio 2024 - 11:35

¿Está Manolo el del bombo en la Eurocopa de 2024? Sí, con bombo nuevo, pero hay que estar atentos a las retransmisiones por si aparece. Está respaldado por la Federación pero entre tantas camisetas, disfraces y pancartas es más difícil distinguirlo. Sigue siendo el jugador número 12, dorsal que comparte con la afición sevillana, la de las remontadas y goleadas. Los que animaban con las gargantas despellejadas a la España de la Furia, "la de los cojones", la que no le gustaba Luis Aragonés. Ahora jugamos a otra cosa, pero nunca faltarán Manolo y su bombo. Tiene 75 años, vive de su mileurista pensión, cerró su bar valenciano donde peregrinaban miles de aficionados y mientras le echen una mano el tío de la maza y la txapela irá donde vaya la selección.

Para que Manolo se convirtiera en símbolo de España (en el fútbol y casi en todo lo demás) tuvo que ocurrir algo para que se convirtiera en famoso internacional y eso fue hace exactamente 44 años, todavía no había llegado el Mundial de Naranjito, ni habíamos ganado a Malta y un título mundial era una utopía. Pero ya estaba Manolo dando la barrila.

Estamos en la Eurocopa 1980, Italia. Los estadios están prácticamente vacíos. Los realizadores de los encuentros no saben ya qué hacer cuando hay un parón en los encuentros. Cuando juega España, que arranca con entusiamos ante Italia y muestra su típica cara de desastre en las grandes ocasiones ante Bélgica e Inglaterra, aparece un señor con camiseta roja subiendo y bajando escaleras aporreando un bombo. Cada cinco minutos, entre jugadores lesionados, pelotas que tardan en recuperarse (no existía el recambio inmediato) o lanzamientos de córner que se hacen eternos, la RAI italiana capta a ese español que no para de dar la brasa. En tres partidos Manolo se hizo famoso.

/ EFE

Se convirtió en un sufrido percusionista que padeció en primera persona todas las frustraciones de cuartos y peores desde 1979 hasta 2008 cuando otra Eurocopa, la de Austria y Suiza, se rindió al tiki taka de Aragonés. Y siempre, Manolo con su intstrumento, aunque nunca fue tan visible como hace 44 años.

Manolo Cáceres es de un pueblo de Ciudad Real y vivía en Zaragoza cuando las cámaras de la RAI lo convirtieron en un icono futbolero. Y con el Mundial 82 a la vuelta de la esquina estaba en rampa de lanzamiento. El Mundial 2030 sería un buen epílogo para el incansable hincha, que se fue endeudando entre tantos desplazamientos. Sólo faltó en 2022 en Catar, donde se quedó sin hotel aunque la Federación le tenía reservados el avión y las entradas. Jubliado, ahora vive en un pueblo de Castellón, con ganas y salud aún para ir con el bombo a cuestas.

Cuando el público español no iba con las camisetas de sus colores lo de Manolo era pintoresco y jartible. Su fama en 1980, cuando los espectadores de todo el continente se sorprendían de sus apariciones y ruido constante (en el vacío del estadio aunque no se le viera, se le escuchaba perfectamente), se debió indirectamente por el escándalo de las quinielas clandestinas del Totonero: los partidos amañados que generaban cuantiosos beneficios a los apostadores y a los jugadores que acordaban el resultado. Entre el enfado y la decepción, los estadios de la Eurocopa (por entonces mucho más breve, al competir sólo ocho equipos) se quedadron casi desiertos. Con aquel escándalo el Lazio y el Milan bajaron sancionados a la Serie B, a Segunda, tras haber amañado un partido para formentar ingresos a los apostadores. El portero Albertosi fue inhabilitado y el delantero Paolo Rossi (fallecido en 2020), pese a que era la esperanza de la selección italiana, fue condenado durante tres años sin jugar. Regresó a lo justo para el Mundial 82 que precisamente consiguió Italia. 

Manolo el del Bombo captado por las cámaras de la RAI
Manolo el del Bombo captado por las cámaras de la RAI

La popularidad de Manolo el del Bombo gracias a esa Eurocopa de cemento y boicot lo convirtió en símbolo de la afición española desde entonces, cuando la selección movía poca gente. Con la decepción del Mundial 82 el interés bajo a mínimos, pero en esas apareció Miguel Muñoz, su flor, la goleada a Malta y una final en 1984 que tuvo el infortunio de Arconada.

Manolo comenzó a seguir a la selección en el decisivo partido en Nicosia, ante Chipre, de 1979 con el que España sellaba su pasaporte a Italia. El ímpetu de un día se transformó en una peregrinación continua allá donde fuera la selección.

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