La aldaba
Carlos Navarro Antolín
¡Anda, jaleo, jaleo!
Tras las votaciones de Turín
A la espera de una decisión de la UER sobre el bloqueo a las puntuaciones de seis jurados del Festival de Eurovisión, lo que tiene un segundo puesto para Chanel y SloMo en el aire, el asunto viene a revelar el riesgo de amaños en Eurovisión. Siempre ha pendido el problema y la sospecha en el veterano acontecimiento. Posibilidades de conchaveo y puntuaciones teledirigidas se han solido dar. La UER muestra todo el celo para evitar pasteleos evidentes. Países como Azerbaiyán o Moldavia tienen pasado de patrocinadores contantes y sonantes de sus propuestas.
Los puntos en las comisiones de jurados (cinco miembros por país, más vulnerables para ser tentados frente a lo televotos demoscópicos) están en el punto de mira de la organización y ante esta edición la UER estaba avisada. Cualquier reparto de votos que pareciera anómalo o cualquier cambio aparatoso, llamativo, en las puntuaciones de las galas de ensayo de las semifinales de martes y jueves y el ensayo general del viernes (los llamados ‘juries’), iba a saltar las alarmas y es lo que ha sucedido con San Marino, los caucásicos Azebaiyán y Georgia, el balcánico Montenegro y dos países grandes del Este, Rumanía y Polonia.
Los cambios de gustos tan alterados entre un día y otro es lo que ha hecho saltar las alarmas. La UER sigue analizando si esos cambios de pareceres son razonables o interesados (por pago económico, intercambio de puntos).
Un hilo en twitter en el perfil de Juanma JD ha servido didácticamente en estos días para aclarar esta decisión y de qué manera afecta (además de forma decisiva) la puntuación española, que se quedó a 7 puntos para alcanzar el segundo puesto.
La distribución de países en las semifinales es el primer paso para que en la fase previa no haya intereses creados por afinidades geográficas, se distribuyen por regiones por lo que en una semifinal no coinciden más allá de tres nórdicos, balcánicos, centroeuropeos. Medidas para que las simpatías o intereses geoestratégicos influyan demasiado.
La organización detectó patrones de amaño en los mencionados seis jurados y de ahí que se anularan, sin avisar previamente. Se procedió en la noche del sábado en el momento de puntuar a una votación de algoritmo según el grupo países afines para dar los puntos sustitutos de los jurados bloqueados. En el caso de Montenegro, por ejemplo, se aplica la proporción de puntos de los países de la ex Yugoslavia y Albania.
A España le afecta en principio la anulada puntuación de Rumanía En la original, con 12 votos a la vecina Moldavia, España iba a obtener tres puntos y Reino Unido, cero.
Con la sustitución por algoritmo, según los países bátlicos y el jurado moldavo, la imposición higiénica de la UER establecía 12 puntos para Ucrania, 8 para el Reino Unido, y 1 para España. De aceptarse la reclamación rumana, planteando que su jurado obró de buena fe y que no estaban influidos por el interés de terceros países, a Reino Unido (que tuvo 466 puntos) se le descontarían 8 puntos (se queda en 458) y a España (459) se le sumaría 3, por tanto 2 más (461).
Ahí nos encontramos a la espera.
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