Cuando la duquesa de Alba no perdonó a Concha Velasco y le dejó de hablar

El recuerdo de la duquesa de Alba es perdurable al cabo de ocho años de su fallecimiento y el cariño que se granjeó se mantiene en la memoria. La aristócrata tenía devoción por Andalucía en general y por Sevilla en particular y su palacio hispalense de las Dueñas quedó su impronta entre todo su legado bien custodiado y que a día de hoy prosigue en la labor su heredero.

En el palacio de las Dueñas se grabó en 2002 una entrevista donde Cayetana Fitz-James Stuart se sinceró ante las cámaras reconociendo el pesar en su reciente viudedad. En mayo del año anterior había fallecido su segundo marido, Jesús Aguirre.

La duquesa abría las puertas de su palacio para hablar con un actriz y presentadora a la que admiraba, Concha Velasco. La vallisoletana, cuyo estado de salud preocupa y que se encuentra actualmente asistida en una residencia madrileña, se desplazó a Sevilla para esta entrevista en profundidad de un programa que se llamaba Tiempo al tiempo. Este espacio de TVE en La 1 (entonces La Primera) era una de los estrenos más llamativos de aquella temporada en la que la cadena pública comenzaba a ver seriamente amenazada su hegemonía en las audiencias.

El programa de Concha Velasco se concebía como el típico "¿qué pasó con?", con figuras recordadas, viejas glorias e historias de nostalgia. Al cabo de los años es como el espacio Días de tele que conduce en La 1 Julia Otero. Pese a estas premisas para conseguir mejores datos la productora andaluza Producciones 52, la creadora del polémico formato Tómbola, estaba dispuesta a todo. Había que subir puntos y ese Tiempo al tiempo de Concha derivó en una tertulia de cotilleos, cada vez más parecido al programa chafardero de las autonómicas (Canal Sur, con buen criterio, no lo emitía desde 1997), y el programa se desvirtuó y terminaría siendo cancelado por contenidos impropios para una cadena pública.

Ya por entonces Concha Velasco vio que su entrevista con la duquesa de Alba había terminado con la amistad de la noble. Tras una charla en Sevilla donde prevalecieron las emociones y la compostura, ya en el espacio en el plató la entrevista sirvió para cierto choteo. En el programa apareció un humorista imitando a la duquesa que terminó por devaluar todo lo que se había planteado en principio en la grabación en los jardines.

Cayetana llamó personalmente a Concha Velasco para comunicarle que no quería volver a hablar con ella y que no quería volver a escuchar su nombre en su vida. Era un enfado por todo lo alto, para impresión de la veterana actriz.

Pese a que Concha le envió un ramo de flores y mil disculpas, el obsequio le llegó de vuelta. Aquel Tiempo al tiempo fue una muestra de una metedura de pata innecesaria. La duquesa de Alba aceptó de buen grado imitaciones incluso delante de ella, tal como sucedía con Los Morancos, pero lamentó que hablando de la dolorosa pérdida de su segundo marido se bromeara así en TVE. Estaba acostumbrada desde años antes, en formatos como Qué me dices, que se burlaran de ella, pero en este caso sintió que se había abusado de su confianza.

Pasaron bastantes años antes de que la duquesa volviera a tener una relación cordial con Concha Velasco, aunque antes de fallecer ya había hecho las paces con una actriz a la que tenía aprecio.