OBITUARIO
Muere Teresa Barrio, madre de Alberto Jiménez Becerril

El dueño de toda Europa

José Luis Uribarri, en estado crítico, fue una figura clave en el entretenimiento en TVE

José Luis Uribarri, en la presentación de Rodolfo Chikilicuatre como representante eurovisivo en 2008.
F. A. Gallardo

20 de julio 2012 - 05:00

Intuía, con dotes de adivinador, los votos que se repartían los países en el Festival de Eurovisión, la merienda musical continental, un concurso con las cartas marcadas. Parecía el dueño de Europa, más que ahora Merkel, cuando el panel se movía al ritmo de sus profecías. Su voz siempre parecía cordial y sonriente, pero negó serio con el dedo, ostentosamente, el nombramiento de Rodolfo Chikilicuatre como representante de TVE para el festival de 2008. Después, al serle encargada de nuevo la narración, se hizo amigo del personaje que encarnara David Fernández, que no comió muchos colines en Belgrado. El abulense José Luis Uribarri, en estado crítico, es uno de los nombres fundamentales en la historia sentimental de la cadena pública. Su voz fue la del entretenimiento y sus dotes directivas nos trajeron la música comercial durante unos años de glorioso monopolio de TVE y de su emblema discotequero, Aplauso. Uribarri prácticamente decidía, según los voltajes, quién aparecía, cuándo y cómo, y, por tanto, quién se aprovechaba de la influencia más efectiva entre los consumidores de discos e ídolos del momento. Los cambios políticos se llevaron por delante a Aplauso, un programa que nació como relleno y que terminó siendo el escaparate musical más notorio de los tiempos de la transición.

Uribarri es Aplauso y también Eurovisión, pero no sólo estos nombres. Ha sido quien más veces ha narrado la cita eurovisiva en España, en 19 ocasiones, una de ellas la que se celebró en Madrid, la de los cuatro ganadores, con Salomé incluida, de 1969, por eso se antojaba que siempre fue el que nos comunicaba las pocas alegrías y muchos disgustos que nos ha dado el solfeo continental.

Uribarri, nacido en 1936, fue un joven inquieto emigrado a Madrid que destacó pizpireto en la radio, lo que le abrió la puerta de la televisión, en 1958, con Caras nuevas, un OT de presentadores cuando todo se presentaba en directo. Aprovechó siempre ser pionero en esto de salir por el cristal.

Con esa amabilidad que solía llevar a los espectadores fue el conductor de decenas de contenidos de entretenimiento, desde la selección eurovisiva de Pasaporte a Dublín, bisabuelo de OT, o el magacín diario Aquí y ahora, a Siempre en domingo o Tarde para todos, maratones que coloreaban los aburridos atardeceres dominicales.

Su última aportación fue el Cine de barrio del canal 13 TV, Nuestro cine. Uribarri siempre será una voz nuestra en la memoria.

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