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La caída de Mario Vaquerizo tras su actuación el sábado en el festival Horteralia de Cáceres se ha saldado con más gravedad de lo que se preveía tras las primeras informaciones tranquilizadoras pero revela también que el cantante estuvo en riesgo de sufrir heridas irreversibles. Todo ha quedado en un susto, como se ha dicho, y aunque ya ha recibido el alta del centro cacereño, ahora le espera una lenta recuperación para evitar cualquier contratiempo añadido.
El marido de Alaska ha salido del hospital universitario de Cáceres y, con collarín y en silla de ruedas, sólo ha tenido palabras de cariño hacia el equipo sanitario que le ha tratado. "Fenomenal, me han atendido de p*síma madre". El cantante de Nancys Rubias, su grupo con el que intervenía en la accidentada actuación de este fin de semana, ha detallado que ha sufrido doble fractura, dos vértebras afectadas "la 4 y la 6". Sin detallarlo, se supone que son las vértebras lumbarse, las más expuestas a una caída precipitada de espaldas como sufrió.
"Ha sido una caída tonta, hay que tener cuidado con las caídas", ha recomendado Vaquerizo que para aguantar el dolor de estos días tendrá que dar rienda a una necesaria dosis de analgésicos. Reconocía que salía "dopado" del hospital tras las primeras horas de convalecencia. "Creo mucho en la dopación", ha sido su defensa, inventándose la palabra de la sedación a la que tendrá que ser sometido durante semanas.
En Madrid le aguarda su esposa Alaska, que estaba fuera de España enla jornada del accidente. Han adaptado la casa para estos días difíciles de movilidad para el cantante.
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