Cuando el 'Un, dos, tres' descubrió a Alaska (y a Bertín Osborne)
El olfato de Chicho Ibáñez Serrador
La cantante se estrena hoy en 'Cine de barrio', relevando a Concha Velasco en el espacio vespertino de La 1
Fue el Un, dos, tres. Otra vez. Una vez más. Chicho Ibáñez Serrador, el olfato más afilado que tuvo TVE en toda su historia, se atrevió a emparejar El Fary con Alaska, dos antagonistas en apariencia que se lo pasaron de lo lindo coincidiendo en el concurso de Mayra Gómez Kemp. Aquí se puede ver completo aquel programa.
La imagen que tenía hasta entonces una mayoría del personal, superados por el contexto cultural que estaba viviendo España, en torno a la apariencia de la voz de los Pegamoides era el de “una punki peligrosa” y apreciaciones parecidas.
En realidad, en aquel espacio familiar emitido en marzo de 1984 nos presentó a una joven de 21 años con una trayectoria artística curtida de pasos agigantados, cuando no hacían falta talents para que aflorara el talento en el tocadiscos.
Alaska era más que una cantante y cuando El Fary la presentó como su “hermana” se hizo más respetable y querida. En aquel Un, dos, tres a beneficio del Montepío de Actores participaron Daniela Romo y Dyango y, los ganadores de aquel día, Paloma San Basilio y Bertín Osborne.
El de Jerez no necesitaba declaraciones ni shows para ser uno de los artistas más admirados. Comedido era mucho más grande.
La imagen cercana de Alaska en aquel Un, dos, tres le terminaría abriendo las mañanas del sábado en la Primera Cadena. Lolo Rico en la TVE de Alfonso Guerra iba a fundir La cometa blanca con el Caja de ritmos de Carlos Tena y las Vulpes, formato que enfadaba a los fachas, que siempre se mosquean por todo (los de uno y otro bando), y de ahí surgió La bola de cristal. Qué mejor que la artista más reconocida de la Movida, Olvido, se pusiera al frente de La bola. Un juguete gigante, escaparate de la vanguardia de su tiempo, manual marxista (sí, de Carlos Marx, no de Groucho) y que podía acoger tanto a Pepe de Lucía, el padre de Malú, como a Faemino y Cansado.
Alaska fue la musa juvenil de una generación que todavía no está para sentarse todos los sábados ante Cine de barrio pero si había una figura a la altura del relevo generacional de Concha Velasco, esa es Olvi, la esposa de Mario Vaquerizo, quienes elevaron el concepto del personality-show español a través de MTV. El título de la película de hoy dista mucho de ambas, Las señoritas de mala compañía. Los espectadores del cine bizarro de La 1 se quedan en buena compañía.
Alaska es un rejuvenecimiento lógico para un programa que va a cumplir un cuarto de siglo en la parrilla del primer canal.
La mexicana más madrileña, de 57 años, ha sido durante muchos años una presencia amable como concursante, colaboradora, jurado o contertulia. Y también como presentadora. Su anterior experiencia en TVE, en el no-late show Alaska y Segura (y Coronas) en La 2 es otra muestra del control del ritmo de una conductora empática y elegante. Siempre elegante en sus reglas. Cine de barrio se merece su nueva anfitriona y Concha Velasco, la más grande, se merece el descanso y todos los ánimos.
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