Lo que dicen (de verdad) las canciones de Raffaella Carrá
Homenaje
La artista italiana, fallecida este lunes a los 78 años, ocultaba en las letras de sus pegadizos y festivos temas letras transgresoras para su época, como el sexo, la homosexualidad y la masturbación femenina
Raffaella Carrá imprimió a sus pegadizas canciones un ritmo fiestero con el que logró, muchas veces, saltarse la censura de países como España. Bajo su planta de vedette había una artista comprometida, rebelde y profesional.
'Rumore, rumore' (1974)
Pop con fuerza con el que se hizo popular en España Rafaella Carrá, un tema sobre una angustiada protagonista que añora a su amor ("rumore, rumore" es "ruido, ruido").
'53-53-456' (1976)
Tras sus sones saltarines se esconde una invitación sin remordimientos al amor propio. Si no está el amante al quite y no se pone al teléfono, no hay nada como tomarse el gusto por la mano propia. La censura en distintos países ni lo olió.
'En el amor todo es empezar' (1977)
Para animar a mojigatas a que se suelten la melena, y a que se lancen a su primera experiencia sexual: "En el amor todo es empezar..." "Si tú notaras que es un tormento y no se acaba de decidir. Para ayudarle es el momento de que enseguida le des el sí..." También habla, de manera encubierta de la 'explosión' del placer al hacer el amor: "Explota, explota, me-explo explota mi corazón... live, live , lai, qué desastre si tú te vas..."
'Fiesta' (1977)
Este éxito rumbero de aquel verano se inspiraba en sones españoles sobre una ruptura que lleva a la protagonista a la fiesta. El novio, arrepentido, vuelve y reconoce su error. Pero tal vez ya era tarde...
'Hay que venir al Sur' (1978)
Toda una liberación sexual. Hay que hacer el amor con quien quieras tú. Ya está bien de conformismos y tradiciones.
'Lucas' (1978)
Carrá se animaba a tocar numerosos temas que en la época eran tabú. Con Lucas se convirtió en la primera cantante que interpretó una composición de temática gay en la RAI, la cadena estatal de radio y televisión italiana. También lo hacía con ingenuidad, doble sentido y un estribillo pegadizo: "Él era un chico de cabellos de oro, yo lo quería casi con locura, le fui tan fiel como a nadie he sido, más nunca supe qué le ha sucedido". Después daba pistas claras de qué era lo que había pasado con Lucas: "Porque una tarde desde mi ventana lo vi abrazado a un desconocido. No sé quién era, tal vez un viejo amigo. Desde ese día nunca más lo he vuelto a ver".
'Caliente, caliente' (1981)
Una mujer con ganas de ser atendida sexualmente observa que su pareja no está a la altura. Habrá que buscar una alternativa de forma urgente.
'Mamá, dame 100 pesetas' (1981)
Si en el pueblo no hay nada que hacer, sin futuro y teniendo que aguantar a vecinos criticones, no hay mejor que poner tierra de por medio. Mamá, dame 100 liras o pesetas, una calderilla para no volver nunca más.
'Adiós amigo' (1981)
"Adiós, amigo. Goodbye, my friend. Chau, chau, amigo. Arrivederci, auf wiedersehen. Adiós, amigo. Goodbye, my friend. Sigue a la banda que con la banda todo va bien". Un verdadero canto a la alegría. Adiós tristeza. También a la música y al baile; porque una fiesta no es fiesta, si no bailas. "Porque el cuerpo te dice de pronto que no seas tonto y que le hagas bailar".
'Qué dolor' (1982)
Una esposa está harta de trabajar y su marido se hace el enfermito para acoger en su casa a una presunta enfermera que oculta en el armario. Ni hablar, la mujer ultrajada se venga de manera la mar de natural.
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