El blanqueo a Belén Esteban y María Patiño en 'La Revuelta'

Crónica

La que fuera la princesa de 'Sálvame' regresa al programa de Broncano para ofrecerle los judiones que prepara con su habilidad cocinera

Belén Esteban habla de sexo y de dinero con Broncano en 'La resistencia'

Las mediciones interesadas entre David Broncano y Pablo Motos

María Patiño y Belén Esteban, con sus renovados aspectos dermoestéticos, ante Broncano partido de risa este miércoles en 'La Revuelta' / RTVE
Francisco Andrés Gallardo - Jefe de sección de Vitally

03 de octubre 2024 - 07:31

Belén Esteban ha regresado para hablar con David Broncano. El blanqueo de los contenidos de Sálvame, programa mártir desde que la Telecinco complaciente con el PP quiso cambiar la desgastada parrilla de Paolo Vasile, en una medida tan expeditiva como errónea según los índices de audiencia. La cuadrilla de aquel caótico maratón vespertino (y viperino) pasó en mayoría a su actual revisión, Ni que fuéramos Shhh, en el arrinconado canal Ten, donde ya no pudieron utilizar el nombre Ni que fuéramos Sálvame, por advertencia de su antigua cadena, tal como Belén y María Patiño recordaron anoche a Broncano. Porque a Belén y su olla de judiones, en esta competencia que tienen por las tardes en sorprender a los compañeros con los guisos, tambièn se le sumó Patiño. Dos locos sueltos en plena calle, como cantaba Paloma San Basilio. Dos personajazas de un estilo televisivo sueltas, y a sus anchas, por La revuelta. El show de La 1 les tenía reservados sólos diez minutos, ya habrá momento otro día, reservándolas para la recta final, esos minutos donde Broncano sufre en la llamada 'competencia directa' con Motos, en esos análisis tan profusos que ahora se hacen para decir que La Revuelta es la repera.

Una repera que tuvo que recurrir a la pareja de Ni que fuéramos y su blanqueo de estrellas de la gracia y elegancia televisiva cuando no lo son En las redes había división de opiniones entre los cabreos por las agonías de los equipos madrileños en la Champios. Eso sí que es competencia directa en el access prime time, el fútbol altera las cifras enconadas de los dos rivales de la noche, Broncano y Motos con El Hormiguero.

Y la invitada que estuvo en Antena 3 el martes, la cantante malagueña Ana Mena, fue la que ha aparecido al día siguiente por el teatro resistente. Mostró en el móvil que la entrevista con Broncano le ocasionaba perder el AVE que tenía previsto para Valencia, que tomaría horas después de la grabación. Esos gestos de sinceridad que funcionan con el de Orcera, capaz de sacar ironía de cualquier momento. Al final, vía X, informó que no había perdido su segundo tren. Ana Mena es de las que nunca pierde los trenes.

La entrevista con la cantante era más serena, dentro de los cánones de La Revuelta, que el momento descacharrante de Patiño y Belén Esteban que daba la impresión que querían sobre todo mostrar sus renovados aspectos dermoestetéticos, tras el pasaporte quirúrgico que les ha quitado arrugas a costa de abombar la epidermis facial. Ellas se sentían felices con los diez minutos de gloria en La 1. Ahora, tras el blanqueo, a ver si hay un programa donde recalar en la cadena pública. "Hacemos de todo", insistía Patiño. Y judiones, claro. Todo lo que vaya en el puchero. Pájaro que vuelan, a la cazuela de la pública. A cobrar por hacer lo justo.

La princesa, que ya tuvo su noche de gloria en La resistencia, ahora es la resistencia del corazón en un canal de la TDT donde comienzan a ser olvidadas ("ahora estamos aquí", con el nivel de la mano más abajo) mientras se esfuerzan por ser reconocidas por el púbico juvenil por Youtube. Pero deben aparecer por el prime time, así que el amigo Broncano estará ahí para echarles una mano. E incluso Motos, como aseguraron anoche. Belén recordó que siempre hay que estar agradecido al público. No ha descubierto nada nuevo, pero las cosas que se dicen en La Revuelta son como citas bíblicas. Por supuesto que el público (el espectador, el lector) es el jefe. Hay que pensar en la gente. Y en una cadena pública aún más, pero precisamente TVE es el ejemplo donde los jefes son los políticos y el público es el tonto útil que sirve para engordar las audiencias cuando interesa.

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