Las alas de 'Águila Roja'
El presidente de Globomedia asegura que la repercusión de la ficción en España se debe a un acercamiento de los guionistas a las emociones y vivencias de la calle
"El público es el que manda y el contenido es el rey". De esta manera se resume el sistema de gobierno por el que se rige la televisión comercial según el presidente de Globomedia, Daniel Écija. Desde hace más de un cuarto de siglo ante los botones de un control de realización, insufló aire al entretenimiento a principios de los 90 junto a Emilio Aragón con quien a su vez impulsó la ficción en España en Telecinco. Una ficción de entretenimiento de calidad e identificable, como proclama la propia productora que arrancó desde el proyecto de Médico de familia, en 1995, y con Farmacia de guardia como referente. Ahora el principal producto de la 'fábrica' de Daniel Écija es Águila roja, los jueves en La 1, que se ha convertido en la serie más vista en España, con más de 5 millones de seguidores cada noche. Una ficción de aventuras surgida del "gimnasio de contar historias" en que se ha convertido el medio televisivo, que con menos presupuesto y menos tiempo ha de crear historias de enganche instantáneo para una clientela cada vez más exigente. Un ritmo muy diferente al cine. "La atracción del cine se basa en el marketing, pero en la televisión la respuesta es inmediata del público. Elige o no, tu historia", compara el realizador, que insiste en "la responsabilidad de saber entrar en las casas". Un 80% de los programas y series fracasan, saber llegar y conectar con el espectador es fundamental para no morir en el intento de mantenerse en la parilla.
En esta temporada han menguado además los presupuestos de la televisión en general en España, entre todas las cadenas. Lo que hace dos años se hacía con 3.600 millones ahora se debe hacer con 2.200 millones, cuando además casi se han multiplicado el número de canales. Debido a la crisis, por ejemplo, Globomedia está a la espera de grabar un ambicioso proyecto, Soldados, sobre un destacamento español en Afganistán, con Belén Rueda al frente, que no ha encontrado un canal que lo asuma.
Écija analiza que mientras los contenidos de espectáculo y entretenimiento puro han tomado el "camino corto, el cámino fácil" en la televisión en España; la ficción, siguiendo los pasos de la producción norteamericana, pero con estilo español, ha tomado el "camino largo" de experimentación, de innovación y de apuesta por la calidad. El presidente de Globomedia subraya que la ficción televisiva española se ha convertido en un sector de vanguardia, respondido por un público que ahora "tiene el paladar mucho más fino".
La clave de Daniel Écija para hacer ficciones de éxito estriba en el corazón, "en el sentimiento". La firma de Águila roja, El internado o Aída, por citar ejemplos en la parrilla actual, trabaja para que en la historia prevalezcan las emociones. Orgulloso de estas seguidas aventuras históricas en La 1 y de que a El internado le suceda en unas semanas El barco en Antena 3, que ha acelerado la grabación, el creador siente su predilección por la comedia de situación, la sitcom, "que permite hacer los personajes más radicales". De ahí que tilde a sus criaturas de Aída como "unos desgraciaos maravillosos". Écija señala que es importante que las series nacionales, para que sean reconocibles, deban seguir el lenguaje de la calle, sin caer necesariamente en el mal gusto. Recuerda que fue Boris Izaguirre quien a finales de los 90 fue el primero en pronunciar la palabra "follar" en la televisión en España. La televisión se convierte así en una ventana a la calle, como espejo de realidad y en el que se reconocen los espectadores.
Ante el futuro a largo plazo, con las nuevas tecnologías reformando el panorama, Daniel Écija confía en que la ficción audiovisual mantendrá su papel. "Las ventanas pueden cambiar, pero nosotros seguiremos viviendo del contenido", asegura el alma mater de Globomedia. Sobre los géneros que vienen, Écija pronostica un relanzamiento del teatro televisado, adaptado a los tiempos.
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