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La Terremoto, la fullería tiene un límite

Crónica de la semifinal

Tras una difícil prueba con carne de serpiente, de cocodrilo, galeras y 'c...' de mar, los finalistas son Flo, Josie, Ainhoa Arteta, Meroño y Nicolás Coronado

La Terremoto de Alcorcón en un espacio anterior donde recibió un regalo explosivo / RTVE

Fue una noche de desafíos difíciles y quienes sobrevivieron es porque tenían un nivel realmente alto para comportarte ante cacerolas y productos exóticos. La carne de serpiente, la de cocodrilo y los cohombros o pepinos de mar (por el Sur llamamos al bicho "carajo de mar", por la evidente forma del adusto equinodermo) fueron las proteínas que debían confeccionarse con varias técnicas determinadas, a lo gelificación, esferificación y cosas así. Los invitados, dos andaluces, los intérpretes Paz Vega y Féliz Gómez, hicieron la misma prueba y demostraron sus dotes de alta cocina.

En ese contexto realmente La Terremoto de Alcorcón tenía un problema de supervivencia. La Terre ha solido llevar adelante las pruebas con nervio y aparatosidad, a golpes de síncope en ocasiones, una actitud de fullería, o al menos de aparente fullería, que no le venía bien. Y con los productos raros o difíciles de hacer como era el caso, la cantante de la vestimenta estridente lo tenía cuesta arriba.

Se veía en la final, pero su plato tenía fallos

Y así fue. Cayó ante Nicolás Redondo que no tuvo su día porque a él le falló la ampulosidad en sus elaboraciones.

Grandes lágrimas.

En este vídeo La Terre se autodefine con precisión:

Participantes clasificados para la final de Masterchef Celebrity

En la eliminación de la semifinal correspondía actuar con cabeza y con prudencia, es lo que le permitió a Flo hacer un plato que recibió los piropos de Martín Berasategui, jurado para la ocasión. El cómico sacó su peor cara en La Alberca, en la prueba por equipos con higadillos y embuchados, en la que comenzó demasiado antipático, con una insana ambición. En ese desafío se cambiaron las recetas de los equipos a mediación de las elaboraciones, lo que desconcertó a Flo o a la mencionada Terre, lo que fue su fin.

Flo se hartó de llorar al superar lo que veía difícil. Lloraba como un niño, porque es infantil el pique competitivo que tiene con Santiago Segura. Esa ansia le ha llevado a la final.

Josie en las pruebas al aire libre se pierde cuando ha de abordar un trabajo a granel. Él es más del primor y el detalle, así que por eso ha ido coleccionando eliminaciones, "fosos", como él llama. Pepe Rodríguez tuvo incluso un detalle profético: recordó que la perfeccionista Ona Carbonell vivió otras nueve noches al filo de la navaja. Ejem. Josie se encamina al título porque en la eliminación también hizo gala de excelentes emplatados, como el de la primera prueba del día.

De las serpientes se libró Ainhoa Arteta, a la que el jurado trata con excesiva consideración.

La soprano se puso de los nervios, con cabreo lloriqueante, entre las ollas de La Alberca. Aun así por pundonor (o llámenlo de manera más llana si quieren) salió adelante. El genio de la guipuzcoana en ocasiones la bloquea o le hace salir adelante, como fue el caso.

La clasificada sin dramatismos fue Raquel Meroño, que ha superado las rimas fáciles, y se ha ganado el respeto de todos: constancia y laboriosidad.

En la primera prueba aparecieron por allí Los Chunguitos. No encontrarán a nadie con más desparpajo para haber sobrevivido en MasterChef. Son comedia.

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