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Telecinco invoca el espíritu de 'Los Serrano'

Antonio Resines, flamante presidente de la Academia del Cine, llega con 'Aquí Paz y después Gloria'.

Resines como el sacerdote de 'Aquí Paz y después Gloria'.
F. A. Gallardo

24 de marzo 2015 - 05:00

El amigo de siempre, el vecino de la esquina, el cuñado de confianza para irse de copas. Antonio Resines, calva sincera, rostro corriente y ademanes mundanos, era el anti-galán, y de ahí su encanto. Es un actor de los que se ha curtido bien en los platós aunque parezca que siempre hace como un mismo personaje. Por eso hay que verlo en La buena estrella o en La niña de tus ojos, para redimirlo. Pero ya en el nuevo siglo, hay que reconocerlo, su cliché es evidente y sus trabajos para casa reiterativos. Se estrelló en Cheers, en Telecinco, y en la misma cadena que lo mimó con el sueño de Los Serrano hoy lo pone a prueba en Aquí Paz y después Gloria, un proyecto que fue dando tumbos por cajones, despachos y mesas de edición hasta ver hoy martes la luz. Antonio Resines (Torrelavega, 1954) es el nuevo presidente del cine español, de una Academia que ha ido tomando nuevos rumbos desde Álex de la Iglesia, aunque la trayectoria más reciente del actor está jalonada por sus apariciones televisivas. Como el viudo Diego Serrano, adaptación castiza de los rescoldos que dejara Médico de familia, estuvo casi seis años en pantalla blandiendo la escobilla del váter y a pie del grifo de cerveza. Se mantuvo del 2003 hasta la pesadilla de la noche de bodas en el 2008 al frente de la ficción familiar mientras le cambiaban la pareja y los niños daban el estirón. Cuando Guille y compañía se convirtieron en unos trinquetes la serie de Globomedia terminó de naufragar. Cuéntame, que nació dos temporadas antes, ha demostrado que puede llevar con gran dignidad y soltura el crecimiento de sus protagonistas más pipiolos.

Resines está unido a su bar de barrio, donde sólo faltó algún sobre con un décimo para rematar la historia al lado de Santiago Serrano, el que cortaba el bacalao y el jamón perpetuo (Jesús Bonilla) y del mecánico más limpio y desocupado que vieron los siglos, Fiti, es decir, Antonio Molero, el que fuera el novio de la Juani en la primera comedia de Emilio Aragón. Molero no ha repetido desde entonces un personaje que calara igual en el público y Resines, pues casi lo mismo. Invocando el espíritu de Los Serrano esta Aquí Paz... llega con la intención de asentarse entre el público a través de la comedia, como Bonilla junto a Santi Millán hizo con el Chiringuito de Pepe. Aunque Mediaset ha mantenido sus dudas y revisiones de argumento a lo largo de estos meses respecto a la propuesta de Mandarina.

La serie que llega hoy bebe de Tú a Boston... y yo a no se dónde o del Vaya par de gemelos de Martínez Soria, o de las historietas de Marisol y Pili y Mili, lo que pone en principio las cosas un poco cuesta arriba. Resines se desdobla en dos hermanos, casi a lo gemelas Grady de El resplandor: un tal Paco, juerguista, que se las ve con las mafias sudamericanas; y Ángel, un bondadoso sacerdote muy implicado en su barrio. Los mafiosos se encuentran con los dos gemelos y la cosa parece se va de las manos. El crápula de Paco termina siendo un párroco con escasa vocación para escapar de los perseguidores. En principio todo esto se llamaba He visto un Ángel y contaba con otros actores. Molero ha llegado incluso como personaje de auxilio.

Telecinco apela al cariño del público hacia Resines para llamar la atención sobre esta parroquia de barrio que evoca el Ay, Señor Señor, de Pajares. Por aquel entonces el actor cántabro hacía de sordomudo en Los ladrones van a la oficina, el proyecto de Tito García del que surgirían los mimbres de Cuéntame. Qué pequeño es este mundo de la tele. Hoy Resines tiene un reto ante su audiencia más fiel.

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