Tamara Falcó gana 'Masterchef' ante su madre y Vargas Llosa
Final ante Félix Gómez
Justa victoria de la hija de Isabel Preysler, que por primera vez acudía a un programa de TV sin ser ella realmente la protagonista
Sí, la presencia corpórea de Isabel Preysler, princesa de galas, ha sido la guinda que le reservaba al selecto pastel de Masterchef Celebrity. Jordi Cruz iba y venía nervioso con su amor (era broma, no favoritismo) y Tamara Falcó ha sido una justa vencedora del talent de cocina de La 1, elevado ya a olimpo del refinamiento.
Y no sólo estaba allí Isabel sino también su pareja, Mario Vargas Llosa. Un Nobel en Masterchef, como si esto fuera Página 2 en La 2, aguardando que su hijastroide acabara de licuar el mango en ese plato de inspiración filipina y divina en honor de tan madre de portada. Y un postre sublime en honor a su abuela, a base de melocotones que hizo llorar a lo del plató y a los que de madrugada la aguardaban en los sofás.
“No le gusta la televisión, no sabía si iba a venir. Pero bueno, al final no deja de ser una madre más y ha querido apoyarme en la final”, había comentado la posterior ganadora. Pero claro que iba a ir. Es la primera vez que Isabel Preysler pisa un plató sin ser ella la estrella total. ¿O realmente ella era la estrella por encima de los demás? Pese a lo que podamos cotillear, la madre de Tamara estuvo en su sitio y sólo vino a dar más lustre a un programa que ya venía cubierto de purpurina.
La victoria de Tamara es la victoria de los pijos, con perdón, los que asaltaron esta edición para copar la fase final. El finalista fue el actor sevillano Félix Gómez, quien burla burlando, fue escalando y mejorando a lo largo de estas semanas casi de manera silenciosa, sí, a veces sibilina, y con esfuerzo se ha plantado en la fase decisiva. Sus padres fueron quienes le acompañaron en el menú definitivo, donde estaban para decidir el jurado habitual y el ilustre chef Joan Roca. Los compañeros se derriten por el buen corazón del actor. Así será.
La cuarta edición celebrity ha reunido a una buena pandilla de enfadados e intrigantes que se reunieron en el palomar de la final. Ana Obregón con el vestido que se caía (la niña en el bautizo, la novia en la boda), Ana Milán emocionada con la bilis por las nubes, Los Chunguitos entonando Me quedo contigo, y Boris Izaguirre, caído a unos metros de la playa del menú final, entregado a Tamara. Si no ha podido en dos ediciones ser el ganador bien se basta para que sus divinos estuvieran batiéndose, su ahijada y su platónico Félix. La otra que se quedó eliminada en puertas era Vicky Martín Berrocal, siempre entre jardines, y que sólo por una formación precedente le ha permitido llegar demasiado lejos en Masterchef.
Tamara es la nueva ganadora, con su trofeo, sus cientos de portadas que están por llegar, su redención de aquel talent que descuidó de aburrimiento y los 75.000 euros de premio destinados a los Mensajeros de la Paz.
Ah, perdón. Un inciso final. Para momentazo de Isabel Preysler, lo de la broma de su boda en Illescas. Más pitiminí no lo van a encontrar ni en los cajones de Marie Kondo.
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