La TVE del impuesto directo, aquella televisión de Franco
Hace medio siglo los españoles pagaban a tocateja un canon para sufragar la financiación de TVE, cuyas emisiones comenzaban a sintonizarse en Barcelona
La financiación de la cadena pública, su misión como servicio público, los derechos de los clubes de fútbol, el retraso y expectación en la cobertura para la sintonización (analógica, hoy de la TDT). Los debates que existían en torno a la televisión en España hace 50 años son los mismos de hoy. Se diferencian los contextos, las circunstancias y las cantidades. TVE dejará de emitir anuncios este septiembre y en 1959 arrancaba el departamento comercial para rentabilizar aquella ventana publicitaria entonces salpicada por contados patrocinios. Cada español (más bien cada madrileño) abonaba 300 pesetas anuales a Hacienda por disfrutar de un televisor en casa, cifra que se disparaba a 500 pesetas si el aparato tenía más de 17 pulgadas. Con lo recaudado, unos 10 millones, TVE no tenía ni para instalar dos enlaces por la accidentada geografía. La televisión debía acometer su estirón en extensión e infraestructuras y el empujón que necesitaba la cadena española se produjo precisamente hace medio siglo, cuando se culmina la red de emisoras hasta alcanzar Barcelona.
En febrero de 1959 la señal de TVE llegaba a tierras mediterráneas y el día 15 de dicho mes se puso de largo con la emisión del Real Madrid-Barcelona que colapsó la capital catalana. El patrocinador del partido tuvo que pagar también al Español, como perjudicado del fútbol televisado.
Hace medio siglo la cúpula franquista toma conciencia de que TVE ya es más que un experimento o un juguete, después de algo más de dos años de emisión. El 1 de abril se produce la primera retransmisión de gran envergadura para la cadena nacional:la inauguración de la basílica del Valle de los Caídos, coincidiendo con los 20 años del final de los combates de la Guerra Civil. La unidad móvil llevada a Cuelgamuros contaba con cuatro cámaras, un despliegue imperial, en una prolongada emisión.
Desde el Valle de los Caídos también se iniciará el carpetazo del régimen 26 años después, con otra colosal retransmisión, la del funeral de Franco, que fue la primera en producirse en totalidad en color en RTVE.
El canon para sufragar TVE llevaba dos años de vigencia en 1959, sumándose al de la tenencia por aparato de radio (60 pesetas), y su pago sería habitual para los esforzados contribuyentes hasta 1965. Las 300 o 500 pesetas que por hogar costaba encender el televisor al cambio actual supondría un coste de unas 15.000 pesetas, unos 90 euros, algo más de lo que nos cuesta en estos momentos la subvención que aporta el Estado. Franco decidió en diciembre del 65 derogar los impuestos de radio y televisión al proclamar de interés general el servicio público de TVE y de RNE. En el último ejercicio el organismo audiovisual llegó a recaudar unos 700 millones de pesetas, a lo que se sumaban los pingües ingresos publicitarios.
Con la llegada a Barcelona TVE se hizo mayorcita, porque no sólo duplicaba su número de espectadores, sino que también contaba en Cataluña con un centro de producción. Se habilitó en el palacete de Miramar, que se estrenó el 14 de julio como plató con un especial, Balcón al Mediterráneo: era la primera vez que en Madrid se veía el mar en tiempo real.
En un paralelismo que aún sigue vigente, el centro de TVE en Barcelona destacaba por sus programas de entretenimiento, testigo que recogen en la actualidad productoras privadas como Gestmusic (Operación Triunfo) o El Terrat (Buenafuente); mientras que los estudios de Madrid, sede central además de los informativos, se especializaban en los dramáticos, como se siguen distinguiendo productoras madrileñas, como Globomedia (Aída, El internado) o Ganga (Cuéntame).
En 1959 España enviaba a Eurovisión sus primeras imágenes. Con motivo de la visita del presidente Eisenhower, en Miramar se pasaban a cine las imágenes ofrecidas por TVE para enviarlas por avión a Italia para que fueran repartidas por todo el mundo catódico.
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