Radio-TV: conexión fatal

Con la llegada de las privadas ninguna estrella radiofónica triunfó en su salto a la pantalla · Paco González es el último fichaje, para hacer una labor similar a la que hacía en la radio

José María García.
José María García.
F. A. Gallardo

28 de mayo 2010 - 05:00

Recién fallecido Joaquín Prat, que sufrió su coma irreversible en un plató después de haber participado en un programa con Lola Flores en TVE, hace ahora quince años, las cadenas de televisión se interesaron por quien se señalaba como "heredero" de Prat en la radio: Pepe Domingo Castaño. El animador de Carrusel deportivo tuvo un fugaz reencuentro en la televisión en el otoño del 95 con un concurso en las noches de Telecinco, Número 1. Éxito en radio no significaba necesariamente un buen dato de audiencia en la televisión. Castaño no quiso volver a probar en el prime time nacional, aunque años atrás había presentado 300 millones y fue uno de los pioneros de la televisión gallega. Muchos no quisieron ver en ese ejemplo que la televisión mata a la estrella de la radio. Una voz radiofónica tiene complicado repetir el éxito en su salto a la televisión. Son medios muy diferentes (sobre todo por el ritmo y la magnitud de los equipos humanos) y desde la competencia de las privadas, todos los grandes de la radio que han probado suerte en la televisión se han topado con la dura realidad de los audímetros. Una cosa es acudir de invitados y otra hacerse con las riendas de un proyecto. Pablo Motos llegó también desde la radio y su Hormiguero bebe de su despertador en M-80, pero muchos de sus jóvenes espectadores no le escucharon nunca en el transistor, como también le sucede a Luján Argüelles.

José Ramón de la Morena fue tentado junto a Castaño en aquellos inciertos años 90 para tener su incursión nocturna, que no pasó de la colaboración también en Telecinco. La misma cadena donde ahora su ex compañero en la SER, y con quien no mantenía en los últimos años la mejor de las relaciones, Paco González, recién aterriza para narrar los partidos de la selección. A él se le va a pedir en realidad que adapte a la televisión lo que lleva años haciendo en la radio, que no es lo mismo. Su principal aventura televisiva hasta ahora había sido el remodelado Día después que en Cuatro se llamó Maracaná 05, y que no pasó de un trimestre de andadura.

Iñaki Gabilondo dejó en todo lo alto el matinal Hoy por hoy en la SER, en el verano de 2005, cuando Prisa le pidió que timoneara la vertiente informativa de su cadena en abierto, Cuatro, que comenzó en noviembre de dicho año. Gabilondo no llegó a atraer a los espectadores como hacía con los oyentes y su aventura televisiva ha desembocado en el maratón nocturno Hoy en CNN +, semanas después de la compra de Cuatro a cargo de Mediaset (Telecinco). El director de Radio Sevilla durante la agonía de Franco se estrenó ante las cámaras en la noche del 23 F, al frente de los Servicios Informativos de TVE. Para la cadena pública dirigió varios programas en los años 80, como el espacio de actualidad e historias humanas En familia, entre 1987 y 1989. Para Telecinco también se encargó de una sección de entrevistas dentro los informativos.

Como le sucedió a Joaquín Prat, otras voces eran conocidas por el gran público antes de su estrellato radiofónico, como Julia Otero o Carlos Herrera. Ambos alternaron radio y televisión, para alcanzar la madurez ante el micrófono, mientras que sus últimas incursiones en la televisión no han contado con el beneplácito multitudinario que se les supone por su repercusión en el dial y por los buenos recuerdos que dejaron en el monitor de los 80.

Quien tuvo un batacazo supino en su aparición televisiva fue Encarna Sánchez, en los primeros compases de Antena 3. La reina de la tarde de la Cope obtuvo la indiferencia en su magacín nocturno Y ahora, Encarna, que rozó la parodia cuando llegó a hacerse una autoentrevista. Su entonces compañero en la mañanas, Luis del Olmo, pese a que fue tentado en varias ocasiones, nunca se atrevió a dar el paso para crear una versión televisiva de su Protagonistas, aunque parte de su popularidad creció en los 70 con algunos programas desde el centro barcelonés de TVE, Miramar. Telecinco trasladó su selección de humoristas (Tip y Coll, Chumy Chúmez, Mingote o el recientemente fallecido Antonio Ozores), los de la sección de El debate del Estado de la Nación, al programa Este país necesita un repaso, en la franja de trasnoche, que durante dos años, del 92 al 95 no despertó grandes entusiasmos.

La radio en la televisión no termina de funcionar. Y los hábitos en la radio llegan a convertirse en un problema ante las cámaras. Ninguno de los pioneros de Antena 3 que procedía de la emisora de la calle Oquendo (Miguel Ángel Nieto, Luis Herrero, Carlos Pumares…) dio con la tecla en los platós de San Sebastián de los Reyes, desde donde por primera vez se simultaneó con la pantalla un formato radiofónico de éxito, la tertulia vespertina. Esa idea la recuperó TVE para Los desayunos de RNE, predecesor del que ahora conduce Ana Pastor.

José María García, fundador de Antena 3 antes de que incluso fuera un proyecto de radio, se llevó la década de los 80 rechazando ofertas de TVE por entender que en la cadena pública no disfrutaría de libertad. Pese a proclamar que su estilo iba a ser un bombazo, no llegó siquiera a estrenar un programa propio en una cadena privada, salvo un aislado especial en 1994 cuando, dos años después del antenicidio, estaba en la Cope, para Antena 3 Televisión. Su polémico reportaje sobre Pablo Porta, en 1984, para el Si yo fuera presidente de Fernando Tola acabó en los juzgados por montaje. No era una buena referencia para un Supergarcía televisivo. El fallecido Antonio Herrero mantuvo La Tarántula en Antena 3 Televisión hasta su adquisición por el Grupo Zeta. La tertulia era una adaptación de su sección de los viernes en El primero de la mañana, pero no llegó a tener la relevancia de la radio.

El único formato puro de la radio que cristalizó en la televisión, por la personalidad que le imprimía su conductor, y en tiempos de monopolio de TVE, fue El Loco de la Colin. Jesús Quintero lo transfiguró en 1988 en El perro verde, producido en Sevilla, y en líneas generales el espíritu de ese programa se ha mantenido hasta el actual Ratones coloraos, en Canal Sur.

En los primeros años de TVE, la pública había reclutado muchos de sus rostros a través de la radio, cuando este último medio era prácticamente sólo entretenimiento: Bobby Deglané, Raúl Matas, Joaquín Soler Serrano, José Luis Barcelona, Mario Beut, José Luis Pécker. Ana Rosa Quintana o Jordi González, dos referentes actuales de Telecinco, surgieron de la radio, pero su estrellato se ha forjado sobre todo en la pantalla, como le sucedió a María Teresa Campos. O a Isabel Gemio, Ramón García, Montserrat Domínguez o Angels Barceló, quienes, en sus respectivos géneros, han encontrado ahora refugio en la radio.

Dos medios que conviven y que parecen complementarse, pero que se convierten en departamentos estancos para descifrar qué y quién funciona ante la audiencia.

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