¿Por qué RTVE no confía en su cantera profesional?

En una situación convencional, lo habitual sería que TVE, la madre, la cadena pública veterana y forjada por tradición y experiencia, fuese nutriendo al resto de televisiones que fueron naciendo después, manteniendo la tendencia.

Así sucedió al comienzo de la puesta en marcha de las primera las televisiones privadas, cuando arrancaron en la década de los noventa. Y fue un proceso natural. Las caras más conocidas de la televisión pública fueron dando el salto tanto a Antena 3 como a Telecinco, un trasvase casi lógico e inevitable.

Estos fichajes también afectaron a los Telediarios, que es lo que más chocó en su momento a los espectadores. Ver a los rostros icónicos de los informativos de TVE, los del ‘parte’ (como llamaban los espectadores más veteranos de entonces, acostumbrados al nombre del noticiario de RNE), en las cadenas privadas descolocó durante los primeros meses. Luis Mariñas, Jesús Hermida, Manuel Campo Vidal, Olga Viza. Y después, Matías Prats, Pedro Pieueras.

Todos ellos surgido de una sólida TVE, con tres décadas de monopolio. El público se acostumbró que los nombres de la cadena pública fueran pasando a las privadas.

Ahora bien, lo que es difícil es que veamos con normalidad es que en TVE se produzcan tal cantidad de fichajes de rostros procedentes de las televisiones privadas. En estas semanas ha sido el caso de Raúl Gómez para presentar un concurso vespertina sin mucha chicha, Te ha tocado, y también el de Marc Calderó, procedente de Ya es mediodía de Telecinco, que se hará cargo de un matinal en La 1.

En el caso de Calderó es llamativo que relevara de urgencia a Sonsoles Ónega hace dos lunes tras saberse su precipitada marcha a Atresmedia,y que él aceptara a los pocos días pasar a TVE. En su caso su marcha de Telecinco recibió el reconocimiento de una despedida en antena. Será Joaquín Prat (hijo a su vez de un rostro del entrentenimiento de la mejor época de la pública) el que se haga cargo de manera estable del espacio de mediodía.

No se entiende con la enorme cantera que existe en TVE este tipo de fichajes de rostros asociados a las privadas. Adquisición de conductores influyentes que se realizan por la vía del contrato con las productoras externas que llevan a cabo esos mismos contenidos. Algo que tampoco podemos comprender. ¿Cómo es posible que los programas diarios no sean producidos 100% por personal de la casa de TVE? Hay personal y presupuesto. No se entiende que haya tal cantidad de espacios contratados.

En el caso de las televisiones autonómicas parecer ser diferente. Cada una de ellas, como es lógico, promociona a los comunicadores de la tierra. Es casi su misión. Por eso no se entiende que Ramón García reine a sus anchas en el programa de las tardes de la televisión de Castilla-la Mancha, como muchos otros lo hicieron antes en la murciana.

Sí podemos comprender que algunos de los talentos regionales den el salto a la nacional, después de promocionarse en su tierra. Pero, insistimos, el viaje desde las privadas a la pública continúa siendo un tanto a contracorriente y antinatural. Salvo que la pública quiera transmutarse en un a privada, que es lo que parece a veces.