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Pedro Sánchez y su victimismo se abrigan en Pablo Iglesias

Medios señalados

El presidente del Gobierno asegura en 'Lo de Évole' busca la remontada en las encuestas electorales presentándose en los medios que le han criticado durante todos estos años para desbaratar las mentiras sobre su gestión

Pedro Sánchez habla de su ropa interior: "Anda que si te digo que no llevo nada de eso" Pedro Sánchez y las llaves que nunca iba a dejar a Pablo Iglesias, en 'El Hormiguero'

Jordi Évole con Pedro Sánchez en la entrevista en Casa Labra / Atresmedia

Pablo Iglesias ha estado muy presente en Lo de Évole, en el especial del programa de La Sexta de Jordi Évole, que este domingo se marchaba a Casa Labra, el café restaurante donde se fundó el PSOE en 1879. La entrevista se había grabado apenas unos días antes y forma parte de un tour por los programas en los que Sánchez quiere demostrar lo acertado de su gestión de estos cuatro años, con las complicaciones de la pandemia, y responder en esos mismos medios y programas que le han venido criticando. Ha sido un error de estos años como el error técnico de la ley del Sí es sí, defendida por Irene Montero. Por lo demás, no aprecia errores sino rectificaciones. En lo de conceder los indultos a los dirigentes independentistas del golpe de estado de 2017 no es una mentira, sino una "rectificación".

Sánchez estará mañana martes en El Hormiguero, uno de esos espacios desafectos que han bombardeado propaganda conservadora para derribar el Gobierno. El presidente no ha señalado a Pablo Motos, ni tampoco a Ana Rosa Quintana, con la que espera hablar. No los ha señalado expresamente pero se ha lamentado ante Évole de esa apabullante mayoría mediática que le acosa. ¿Y por qué le acosan? Por el interés del poder económico que no le gusta este Gobierno. "Siga el dinero".

Y por eso tiene muy presente a Pablo Iglesias. Pero no al líder de Podemos y breve compañero en el consejo de Ministros (con el que ha tenido una relación "correcta"), sino con el fundador del partido socialista y respiraba así el aire de Casa Labra, a ver si el espíritu combativo se le impregnaba al alma.

Sánchez se ha sentido víctima ante un exceso de los medios afines al PP que han acuñado el término de "sanchismo" para verter en él todo tipo de observaciones y males para tirar por tierra sus logros. Una estrategia "trumpista" (lo que significa "deshumanización del adversario político") ante la que va a actuar haciéndose presente en los platós y en las salas de entrevistas para dar su versión de los años de coalición. Una gestión de Gobierno marcada por la tragedia de la pandemia y un panorama económico halagüeño que dibuja unas acertadas decisiones como la reforma laboral y la subida del salario mínimo. Máximo esfuerzo, mínima consideración y un mes para convencer de tantas "manipulaciones" y "no hablar" de lo bueno frente a la exageración de aspectos como reverdecer a ETA por su diálogo con Bildu. Y el Falcon, la dotación aérea que contrató el Gobierno de Aznar y de la que ha hecho uso como el resto de gobiernos que han pasado por la Moncloa.

Évole no fue tan cómodo con Pedro Sánchez insistiendo en la deriva del acercamiento con Marruecos frente al desamparo de los saharauis y en el detalle de la anécdota puso en un compromiso al presidente que no ha estado al tanto del meme "¿cómo están los máquinas?" de Bisbal.

En La Sexta se quiere tener a Núñez Feijóo de invitado en Lo de Évole, ante las reticencias el periodista le pidió al presidente que dijera a su opositor "que no fuera", a ver si así causa el efecto contrario. Sobre el dirigente gallego Sánchez lo califica de "decepción", y que con su paisana Yolanda Díaz tendrían en julio la posibilidad de lograr un resultado que permitieron un pacto de gobierno frente al que dan las estimaciones de un "pacto entre PP y Vox".

Sánchez se viste de víctima y afrentado para su larga marcha hacia la remontada.

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