'Pasapalabra'... ¿y ahora qué?
Litigio y cancelación
Mediaset está destinada a negociar con la británica ITVla recuperación del concurso por su eficacia y rentabilidad
La indemnización por no abonar los derechos de emisión de Pasapalabra y lucrarse del merchandising durante los últimos ocho años le va a suponer en total a Mediaset unos 20 millones de euros que abonará a la productora ITV Global (del canal británico ITV), creadora del formato The Alphabet game en el que se basa Pasapalabra.
El Tribunal Supremo, tal como entendieron las dos salas precedentes, considera que aunque la mecánica no sea exacta, la concesión para explotar el concurso el corresponde a ITV, mientras Mediaset defiende que el rosco fue incorporado por la firma neerlandesa MC&F y su mecánica se basa en el Passaparola italiano.
La decisión judicial, con el cese fulminante, ha sido un varapalo más duro de lo que estimaban en la directiva de Telecinco, tras ocho años de litigio y ante la perspectiva de indemnizar a la también productora de espacios como Ven a cenar conmigo, que emite Cuatro. El cambio drástico en la tarde, suplido por ahora con la ampliación de Sálvame en una edición para mayores de 16 años llamada Banana (que se suma al Naranja y Limón), es un problema añadido a una empresa como Mediaset España que opera en el IBEX 35 y que está en proceso de fusión con su hermana de Italia.
La lógica apunta a que la compañía española está destinada a llegar a un acuerdo con ITV para recuperar Pasapalabra y de paso evitar que recale en la competencia. Una rúbrica que se antoja algo difícil y seguro que costosa. La firma británica, en proceso de expansión en España y con el Brexit pisándole los talones, como mínimo querrá encargarse de la producción del programa a partir de ahora, en lugar de Xanela, y la contratación por un plazo generoso de más contenidos para emitir entre los formatos que tiene en cartera como Esta cocina es un infierno, reality que ya probó.
¿Cómo ha sido la historia de 'Pasapalabra'?
La historia de Pasapalabra en España arranca en 2000, cuando para Antena 3 la productora Boca a Boca se hizo con la explotación de un formato británico que apenas estuvo un año en antena en la BBC, pero que se veía lucido por el rosco final (27 letras que pasaron a ser 25 en la edición más reciente), tomado de la versión de Italia, que también está en demanda con ITV. Silvia Jato fue la conductora de aquel concurso con los primeros millonarios botes que veía la audiencia española. Constantino Romero, que fue relevo de la gallega durante su embarazo, llegó a admitir la pericia que ella tenía en la pronunciación rápida. Jaime Cantizano llegó a hacerse con el programa tras un descanso pero Antena 3 cerró el programa en 2006 porque ya sus índices de audiencia ya no eran interesantes.
Con vistas a animar las tardes, Telecinco siguió el viento de cola y lo recuperó en 2007, poniendo en la presentación a un joven y semidesconocido Christian Gálvez.
En una parrilla que aún no estaba copada por Sálvame y los realities que lo alimentan, Pasapalabra se convirtió en oasis de la parrilla vespertina de Telecinco, un contenido al margen de la mayor parte de su escaleta, y que se convertía en punto de encuentro de muchos espectadores que no conectaban en otros momentos con la cadena. Su arrastre en favor del informativo de Piqueras, el más visto cada día, lo elevó a tesoro publicitario y a coartada cultural.
Cualidades que convierten a Pasapalabra en imprescindible para una cadena como Telecinco.
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