¿Qué ha hecho Pablo Motos para que la extrema izquierda le linche? Opinar
Opinión
Podemos ha convertido al director y presentador de 'El Hormiguero' en el centro favorito de sus iras
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Quién iba a decir que el morado desencantaría tanto a Pablo Iglesias y al entorno de Podemos. El morado, el color al que se han abrazado en la formación política de Belarra, Montero y cía, es el mismo que el de las hormigas de El Hormiguero. Casualidades de la vida. Aunque hay que recordar que el programa de Pablo Motos llegó bastante antes que Iglesias y los suyos…
Sea como fuere, lo cierto es que Podemos y su entorno han puesto a Pablo Motos en el centro de la diana. No hay semana en la que el presentador o su programa no sean criticados o no se monte alguna iracunda campaña de desprestigio en redes sociales sacando vídeos de contexto, manipulando declaraciones o usando cualquier excusa para atizarle. La última, el cómico de cabecera de la izquierda morada, Facu Díaz, que se ha grabado un vídeo para contar el día que le llamaron porque había estado criticando a Pablo Motos.
Díaz obvia decir en el vídeo que ese proceso de llamada es el que vive cualquier periodista cuando decide hacer una crítica sobre una empresa, un directivo, un actor, un presentador, un cantante… Básicamente, es el trabajo que le toca hacer a cualquier director de comunicación: levantar el teléfono e intentar limar asperezas. Pero eso no lo explica Facu Díaz en su vídeo. Porque todo vale contra Pablo Motos.
Cualquier excusa es útil para atizarle. Y si no existe, se fabrica… como aquella campaña pagada por el Ministerio de Sanidad de la entonces ministra Irene Montero en la que se señalaba a Motos, a través de una parodia soez. Por eso, a las pocas horas de aparecer el vídeo de Facu Díaz en redes, Podemos recogió el guante y montó su propio vídeo que difundió desde su perfil oficial en Twitter.
Pero, ¿qué ha hecho Pablo Motos para estar en el punto de mira de la izquierda más extrema? Opinar. Hacer uso de su libertad de expresión para comentar con invitados y/o colaboradores aspectos de la actualidad. Ese es el gran pecado de Motos para aquellos que luego se dan golpes de pecho hablando de tolerancia. El mismo que han cometido otros muchos rostros televisivos o mediáticos que no le han bailado el agua a Podemos y que mantienen el favor de la audiencia.
Porque ese es el otro gran pecado de Pablo Motos: ser el presentador de mayor éxito de la televisión, congregando cada día a millones de espectadores ante la pantalla y arrasando en redes sociales. No hay programa con más éxito y que llegue a tanta gente como El Hormiguero. De ahí que las opiniones críticas de Pablo Motos o sus colaboradores sean tan molestas para los entornos de la progresía tuitera.
¿Cómo van a consentir que Pablo Motos hable ante millones de españoles de la fallida ley del “solo sí es sí” y de los maltratadores que han sido puestos en libertad? Eso no puede ser. Los valores democráticos están muy bien, pero no tanto cuando aparece alguien que no comparte tu misma opinión. Y Pablo Motos no es de su opinión.
En un programa diario con casi 20 temporadas a sus espaldas es lógico que haya habido errores, comentarios desafortunados y tropiezos. Y que los haya. Pablo Motos, como todos, es humano. Y las hormigas, también. Y cuando alguien se equivoca, espectadores y periodistas están para dar fe de ello. Pero otra cosa son las campañas de desprestigio.
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