Omar Sy aterriza en Netflix como un ladrón justiciero

Es uno de los estrenos de este fin de semana y es la producción francesa de Netflix que mejor acogida está teniendo. Lupin son inicialmente cinco episodios (más otros cinco en primavera) donde el actor protagonista de Intocable, Omar Sy, se inspira en Arsène Lupin para dar un golpe y de paso vengarse así de la familia que condenó a su padre, chófer de los ingratos adinerados, por un delito de robo que no cometió. El arranque de la serie es atrayente.

Sy, intérprete francés de ascendencia mauritana y senegalesa, es uno de los valores más seguros del cine de su país, con varios títulos taquilleros (sin llegar al nivel de la historia del asistente del discapacitado millonario), y ahora se convierte en el nombre que encabeza la nueva serie de Netflix, donde la producción gala no ha funcionado hasta el momento, desde que comenzara con Marsella y Gerard Depardieu.

Además de películas en su Francia natal, Omar ha intervenido en títulos de Hollywood como X-Men: Días del futuro pasado o en Jurassic World. En Lupin afronta de nuevo su vis cómica, como ladrón de guante blanco, el personaje que concibió el escritor Maurice Leblanc un siglo atrás.

El realizador George Kay trae al presente a este delincuente en la historia de Assane Diop que encuentra en los relatos de Lupin su estilo para cometer de forma impactante su venganza. A los cinco primeros episodios se les une una segunda parte en abril, con cinco entregas más. Una segunda temporada dependería de la aceptación de esta propuesta en la plataforma.

El padre del protagonista es acusado por un robo que no cometió lo que provoca un trauma juvenil para Diop, que crece imaginando poder ser como Lupin para resarcirse. La historia se orquesta como un potencial para este taquillero actor, con drama, humor y acción, a lo que se añade también misterio y algo de romance. “Era perfecto especialmente para televisión porque tiene mucho desarrollo y siempre hay cosas nuevas que pueden venir”, adelanta Sy en la presentación de esta ficción gala.

El francés agradece esta oportunidad porque además reconoce que se convierte en un símbolo de integración en su tierra y es un actor admirado en muchos países. “Me siento tan afortunado por lo que hago y lo que tengo que es difícil de creer, pero al mismo tiempo intento vivirlo de una manera profunda y consciente, estar en el momento presente”, reconoce Sy, muy implicado en la defensa contra el racismo y la xenofobia en Europa y en Estados Unidos. Residió en Los Ángeles, en una fructífera etapa en Hollywood en la que surgieron bastantes proyectos “aunque en principio no esperaba nada”.