'OT', 20 años puño en alto

2001, odisea del espacio. El espacio más memorable de TVE, el más visto en la historia de las audiencias de la televisión en España aparte del fútbol. Su primera triunfadora, la granadina Rosa López, aquella chica tímida de gafas que se sacaba del bolsillo un vozarrón sobrecogedor, llegó a reunir a 14,4 millones de españoles en torno al televisor (25 de mayo de 2002) para ver si ganaba Eurovisión. Pese a que estaba cantado por muchos, Rosa de España cantó pero no ganó. Y se quedó a unos metros de los triunfos de la selección.

Hoy se cumplen veinte años del estreno de Operación Triunfo, con su primera gala, un talent por el que pocos apostaban, uno de los grandes fenómenos del catodicismo español y que acabó siendo exportado a más de 50 países.

El proyecto de Gestmusic disfrutó de una segunda etapa en Telecinco y una tercera, de rescate, en La 1, con Almaia también en Eurovisión, con tintes de desastre y conducción de Roberto Leal. OT se estrenó con Carlos Lozano y por la conducción con los alumnos de la academia pasaron Jesús Vázquez y Pilar Rubio también. La última temporada en Telecinco acabó en desastre y cancelada a las ocho entregas. Parecía el fin pero el formato tuvo su regeneración generacional una década después en TVE.

El 22 de octubre de 2001 era lunes y aquella noche aparecían contoneándose en las casillas del escenario los figurantes que daban paso no a los habitantes de un reality, sino a los alumnos de una academia.

El productor Joan Ramón Mainat fue quien concibió la idea originaria. Tomaba la inspiración del fulgurante Gran Hermano, el pelotazo del nuevo siglo. Mainat, embelesado con el canal de 24 horas del reality, pensó que era un desperdicio que los concursantes no aprovecharan el tiempo. De ahí nació la academia de cantantes y la gala semanal donde los rivales, convertidos en hermanos y también en ídolos, se batían ante el público con sus covers.

En la tercera entrega se terminaron de disparar los índices y OT tuvo una primera edición más que dulce, para lucimiento en especial de un puñado de andaluces: de la granadina de Armilla, Rosa, que se ganó el reconocimiento nacional; del almeriense David Bisbal, quien partió con más ventaja para convertirse en la estrella española exportada al público latino; o el sevillano, y especialista en baladas, Manu Tenorio.

Como si fuera la selección de fútbol, en la memoria están las intervenciones de la malagueña Nuria Fergó, de la sanluqueña Natalia y Javián, de Dos Hermanas. Mayoría andaluza.

En el recuerdo hoy, más que nunca, Álex Casademunt, fallecido hace unos meses. En el reencuentro de hace cinco años en Barcelona todos recordamos la cobra de Bisbal a Chenoa más que las propias actuaciones.

Con Nina como la directora entre severa y Ángel Llácer como estrepitoso asesor y pañuelo de lágrimas,OT vivió hace veinte años unos meses de continua apoteosis, en los que cada grabación que lanzaban sus intérpretes se convertía en disco de oro.

Hoy lo recuerda RTVE Play, on line, y también en youtube. Un recuerdo virtual a distancia.