Naranjito, nuestra mascota del Mundial 82, cumple 45 años
Recuerdos
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La cuenta 'Yo fuí a EGB' lo recordaba a primera hora. La mascota del Mundial 82 ha cumplido en este 30 de mayo 45 años. En 1979 la Federación Española de Fútbol y el organismo organizador, el comité Mundial 82, anunciaban que Naranjito iba a ser la mascota del esperado acontecimiento futbolístico. Y 45 años después el cítrico dibujo nacido en Sevilla sigue apareciendo en líneas de ropa, camiseta y se le recuerda con aprecio mientras su efigie se revaloriza en objeto de coleccionismo.
Pese al fracaso deportivo, con la selección española, que se vivió en el verano del 82, a su mascota se la relaciona con un momento importante para el desarrollo de España. Fue la carta de presentación como democracia y su mascota, un símbolo de aquel momento, es reflejo de una nostalgia cariñosa hacia esos voluntariosos años de apertura y consolidación de libertades, modernidades e integración con Europa.
La criatura de Naranjito se deba al publicitario sevillano José María Martín Pacheco al que se le ocurrió convertir en mascota a una naranja tras caerse a sus pies una fruta de uno de los árboles de la plaza Nueva se Sevilla. De forma fortuita nació Naranjito que en la terna final venció en las elecciones por nombrar representación mundialistas ante Toribalón (un toro con cuerpo de balón de la época, propuesta de una agencia madrileña) y Brindis, un niño prodigio torero (presentado desde Barcelona, mira por dónde), siguiendo la línea del anterior mundial, el de Argentina, con Gauchito.
La tercera vía, lo vegetal frente al dibujo animado infantil o el animal, se impuso.
Lo más bonito que se dijo hace 45 años sobre el célebre Naranjito fue que era "horroroso", tal como recordaba a este periódico Martín Pacheco. Una representación impropia de un país que quería proyectarse hacia Europa y dar buena imagen ante el mundo.
El publicista lo había presentado al concurso con la RFEF junto a una compañera de agencia, la cordobesa María Dolores Salto. Ambos estaban en el bar El Portón cuando, tomando unas cañas vieron en el Telediario la noticia de su afortunado dibujo. De eso hace 45 años hoy.
El tándem creativo recibió un cheque por valor de un millón de pesetas (6.000 euros, al cambio adquisitivo actual serían unos 30.000 euros) sin más ingresos por lo que podría cobrar (y sigue cobrando) la oronda naranja con la camiseta de la selección. El comité organizador vendió los derechos de explotación por valor de 1.400 millones de pesetas (8,5 millones de euros, al cambio actual serían más de 40 millones de euros). Una ganancia bien jugosa. Naranjito apareció por todas partes: pegatinas, vajillas, juguetes, camisetas, cromos, muñecos y todo tipo de artilugios. Sigue en vigor y se le han creado distintas ediciones en marcas de ropa y objetos cotidianos. Fue una mascota que pudo dar su grima pero que ahora, con el tiempo se ha revalorizado por su carácter entrañable y vintage.
A la naranja con patitas le inventaron una novia, Clementina; un amigo limón, el inocentón Citronio; y un robot, revisión de los brutos mecánicos de Mazinger Z, Imarchi, que en su panza con pantalla guardaba todas las imágenes de los mundiales anteriores. Así fue Fútbol en acción, su serie de dibujos animados que emitió TVE en horario de los sábados. Había un malo, Zruspa, un terrorista capaz de hacer desaparecer los edificios de Madrid y tenía sus sicarios, con un ojo a la Naranja mecánica, los Cocos.
Una evocación de cómo fue aquella mascota que apareció revoloteando en la gala inaugural del Mundial de Catar, de mejor olvido para la selección española de Luis Enrique. Como mínimo debería estar invitado también a la apertura del futuro Mundial 2030 que se celebrará entre España, Portugal y Marruecos y homenaje sudamericano.
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