Miles de valencianos protestan contra el cierre de RTVV y piden la dimisión de Fabra
El presidente del comité de empresa asegura que la decisión de cortar la emisión "no es un ataque solo a los trabajadores, sino a toda la sociedad que quiere tener una televisión en su propia lengua".
Miles de valencianos han desafiado el frío y el viento para salir a las calles de Valencia en protesta por el cierre de Radiotelevisión Valenciana (RTVV), y pedir la dimisión del presidente de la Generalitat, Alberto Fabra, y la convocatoria de elecciones anticipadas. Los sindicatos con representación en RTVV convocaron esta protesta tras el fundido a negro de la televisión pública, doce horas después de que una edición especial del Diari Oficial de la Comunitat Valenciana publicara el acuerdo del Consell para el cese de las emisiones.
La marcha, en la que han participado entre 3.500 y 4.000 personas según la Policía Local y 60.000 según los organizadores, ha partido a las 18:00 desde la plaza de San Agustín, precedida por una pancarta con el lema "elecciones anticipadas", y con gritos reiterados de "Fabra dimisión". Representantes políticos de la oposición y del mundo de la cultura han encabezado una marcha, que contaba con el apoyo de sindicatos y de diferentes asociaciones profesionales y de carácter cívico y social, y que ha transcurrido sin incidentes.
Unos metros más atrás, se encontraba la pancarta del comité de empresa de la televisión que rezaba el lema "RTVV no es tanca, es la teua" (RTVV no se cierra, es la tuya) y, a lo largo de la marcha, le seguían otras de diferentes organizaciones y entidades. El mismo lema ha precedido la manifestación paralela convocada en Alicante, encabezada por los trabajadores de RTVV, que han estado arropados por cientos de personas, que han coreado las mismas proclamas contra el presidente y a favor de una televisión pública autonómica. Aunque el cántico más repetido ha sido "Fabra dimisión", no han faltado los gritos de "ladrones", "no tenéis vergüenza", "el president a Picassent" y "volveremos".
El presidente del comité de empresa de RTVV, Vicent Mifsud, ha afirmado que la decisión de cortar la emisión de la radio y la televisión "no es un ataque solo a los trabajadores, sino a toda la sociedad que quiere tener una televisión en su propia lengua". Mifsud ha considerado "demencial" que se mantenga a los trabajadores de vacaciones y con permisos retribuidos durante un período que "puede durar hasta final enero o principios de febrero", así como que se cortara la emisión cuando había comprometida publicidad que puede comportar "pérdidas de más de 3 millones".
El secretario general del PSPV, Ximo Puig, ha calificado de "ridículo espantoso" la actuación del Consell y ha afirmado que la Comunidad no se merece que el final de RTVV "se convierta en el paradigma de un desastre colectivo que es lo que ha significado el PP en este tiempo". La portavoz del PSOE en el Congreso, Soraya Rodríguez, ha considerado que el Consell ha cometido una actuación "ilegal" y ha instado al presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, a "actuar" para revertir el cierre. El portavoz de Compromís en Les Corts, Enric Morera, ha pedido la dimisión de Fabra, e Ignacio Blanco (EU) ha mostrado su deseo de que la manifestación sirva para "dejar patente que reclamamos elecciones para que el pueblo hable porque el PP ha quedado desacreditado".
A su llegada a la plaza de la Virgen la música de Lluis Llach y All Tall amenizaba la espera del resto de manifestantes y la mayor ovación se la han llevado los representantes de los trabajadores al llegar al escenario. El presidente del comité de empresa ha asegurado a los presentes que la lucha de los trabajadores "no fue solo laboral sino por la dignidad del pueblo valenciano, chafado de forma brutal y antidemocrática". Los cánticos pidiendo la dimisión de Fabra se han intercalado con sus palabras, en las que ha reclamado el derecho de tener una lengua propia de prestigio y ha criticado el "golpe de Estado" que supuso el corte de emisión de RTVV. "A Fabra le da miedo una televisión pública que cuente la verdad, tiene miedo a la democracia", ha afirmado, a la vez que ha resaltado que la mejor prueba de que el cierre no responde a motivos económicos es que los trabajadores siguen cobrando "por no hacer nada".
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