Luis Ricardo Borriquero y el secreto clandestino de la reina Letizia
Historias de la radio
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Varios siglos antes de que los Gomaespuma se reencontraran en un programa de Movistar Plus + y un par de milenios antes de que animaran las mañanas del Grupo Prisa a través de M-80, en el despertador más descarado sin necesidad de consultorios sexuales, Guillermo Fesser y Juan Luis Cano se escondían en las madrugadas de los sábados para que afloraran sus personajes y ese mundo paralelo surgido de la improvisación. De la improvisación, y habrá que reconocerlo, de ese punto de vagancia de los estudiantes de Periodismo que preferían la cantina de la Complutense a estar en el aula aguantando lecciones de sintaxis.
Gomaespuma, como Mr. Bean, nació de la pereza. Si el británico Rowan Atkinson dio a luz a su personaje de sus muecas ante un espejo, en lugar de ponerse a escribir un guion, los de El Flexo alumbraron a Chema Pamundi entre cafés y saltándose el engorro de escribirle ni un párrafo. Sólo tenían que poner la mano sobre la boca para dar sonido sucio de inalámbrico, de conexión de urgencia a pie de calle. Supernotición que te cagas. Los de El Flexo se estaban cachondeando vilmente del reporterismo con cara de circunstancias.
Hablamos de El Flexo porque ese fue el origen de Fesser y Cano, junto a dos compadres, Jaime Barella y Santiago Alcanda, en la cadena SER, en Radio Madrid. Fue un 10 de diciembre, tal vez de 1980, cuando nació ese mundo de Luis Ricardo Borriquero que descubrió bajo la almohada una futura periodista asturiana, Letizia Ortiz.
El difunto Barella se quedó en Los 40 con su voz aterciopelada y sus tres amigos se pasaron a la madrugada de los sábado en Antena 3 Radio, a esas horas sin público en las que algo había que emitir. El director de la nueva cadena, Manuel Martín Ferrand, se quejó de que "el bueno del grupo", Barella, se había quedado en Los 40 y él le iba a dar la oportunidad, qué remedio, a sus compis mediocres. Qué va.
En la SER había un maratón musical "marchoso" (término de entonces), La gran movida, y en las madrugadas del 82 en su joven competencia, Antena, 3, Gomaespuma, de 1.30 a 4 de la madrugada. ¿Quién les iba a oír a esas horas clandestinas? Pues todo el mundo. Como banda sonora, La marcha de los saltamontes de los Pekenikes. Adelante, Aitor Tilla.
Alcanda se marcharía pronto a las críticas discográficas en El País así que Fesser y Cano, con esa desvergüenza de observar mucho y hacer poco se quedaron con sus horas de improvisaciones sobre el Festival de Eurovisión, concursos de cantaores cansinos o conexiones en helicóptero (parodiando a José María García, el ogro de la casa). A fuerza de persistir en esas horas donde los adolescentes debían ya estar en casa el dúo Gomaespuma se convirtió en el secreto punto de encuentro.
Y ahí estaba Letizia Ortiz, futura reina de España. Tenía tantas ganas de ser periodista que se hubiera cambiado por los ficticios Borriquero o Carmelo Cotón, lo ha comentado en el vídeo grabado con Fesser y Cano en el remate de Gomaespuma, el reencuentro, y que se ha hecho viral en redes. La Reina ha mostrado su apoyo a la Fundación Gomaespuma, vertiente solidaria de aquel programa de las mañanas de M-80 que nació en las oscuridades de los transistores noctáumbulos. Gomaespuma era el arcén generacional de la radio generalista. Era una excepción juvenil en parrillas excesivamente adultas y era el único programa de humor de toda la radio española (al poco aparcería Alfonso Arús). Por eso fueron escuela de periodistas y de comediantes. Y la joven Letizia seguro que los imitaba en clase y presumía de Antena 3 Radio, que era la emisora para la que además trabajaba su padre, Luis Ortiz. Aparecer en un vídeo con los Gomaespuma le habrá hecho más ilusión que presentar el Telediario.
Como ya señalan en El reencuentro, Fesser y Cano se especializaron en hacer encuestas absurdas en las mañanas de Antena 3 Radio en Madrid y aparecieron por las tardes para dar paso a la lista de éxitos musiclaes (Los 33 de Antena 3). En Viva la gente divertida, de José Antonio Plaza, donde también debutaron Cruz y Raya, sobre 1987, crearon el miniserial Cándida, una criada (inspirada en su Cándida, la que crio a la prole de los Fesser) y su tacaña señora que al pasar a telecomedia en la pionera Antena 3 TV les faltó experiencia. Gomaespuma ya no estaba en las madrugadas de las ondas y picotearon por Onda Cero con Luis del Olmo, con quien no se entendieron, y crearon un mundo de teleñecos con sus personajes que tampoco cuajó. No lo recuerdan en Movistar Plus +, aunque lo dejan caer: protagonizaron uno de los peores programas de la historia de Telecinco, un decadente VIP Noche donde a Fesser (que había aparecido en La tarde con Toni Cantó a mediados de los 80), que estaba en EEUU, no le dio tiempo a aparecer. Barella y Cano naufragaron en el otoño del 92. Tras la euforia olímpica España estaba en crisis total consigo misma.
En el corazoncito de Letizia Ortiz quedaron prendados aquellos recuerdos radiofónicos y por eso se le ilumina la cara cuando habla de Luis Ricardo Borriquero. También con Gustavo de Básica y tantos otros personajes de trapo dialéctico que sólo necesitaban del empujón de la brillantez instantánea. Uno de esos milagros de la Antena 3 Radio de Martín Ferrand, una cadena nacida con "lealtad a la Corona". Tanta, que sin saberlo alegraba las silenciosas madrugadas clandestinas de la futura reina.
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