¿Cómo Leo Harlem terminó siendo el cómico español más conocido?
Humor
Movistar Plus + emitirá el 1 de abril el especial sobre los 20 años del humorista leonés con la grabación de un espectáculo antológico
Lo de Harlem era por el nombre del bar de Valladolid donde trabajaba, porque Leo, Leonardo, no es de Nueva York, sino del pueblo berciano de Matarrosa del Sil, donde nació hace 60 años. De allí se instaló en tierras vallisoletanas donde fue empujado a participar en El club de la comedia, porque se enrollaba con la clientela que daba gusto. Palique con las copas y sus anécdotas se convirtieron en monólogos. "En España se come bien, pero en Bilbao se come sin conocimiento", es uno de esos arranques sinceros, entre lo antropológico, lo gastronómico o lo sentimental con que Harlem (González Feliz de apellidos) se hizo popular.
De aquella aparición en El club de la comedia de 2002, en Canal +, le aguardaban los escenarios de toda España y buen puñado de películas cuyo rostro con gafas (Padre no hay que más que uno, Superagente Makey, El mejor verano de mi vida) anima a que la gente entre al cine. Pero porque lleva años siendo venerado por los seguidores de sus monólogos, monumentos en Youtube.
Leonardo comenzó hace veinte años y hace algo más de diez era el nombre clave para animar El club del chiste, en las noches de Antena 3. Entre la televisión (escudero de José Mota), el teatro y el cine, se convirtió en un nombre tan 360º grados que ahora mismo es el cómico más conocido y demandado de España. Un Gila del siglo XXI.
Ante este vigésimo aniversario con el humor profesional Globomedia ha creado un especial que estrenará Movistar Plus + el 1 de abril: una actuación antológica en el Teatro Rialto de Madrid. Se lo merece Leo Harlem pero también su público.
El de León promete que lo va a contar todo, su infancia de niño de rodillas destrozadas, de adolescente sin miedo a las broncas maternas y de joven despistado por la geografía nocturna de la bombillas. Un monólogo integral dirigido por el a su vez productor ejecutivo de Zapeando, el roteño Miguel Sánchez-Romero. Leo es siempre sincero y hasta sus mayores disparates suenan renales, porque es el hiperbólico amigo que te mejora cualquier chiste, la cualidad que lo ha convertido en un tipo tan querido como auténtico.
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