Juan y Medio y los protegidos
El productor de 'La tarde, aquí y ahora' se verá reforzado tras la anécdota del recorte de la falda
Los parlamentarios andaluces siguen sin acometer la regeneración de Canal Sur
Detrás de la anécdota sobre una presentadora en Canal Sur hay una enorme bola de nieve que terminará de arrastrar en el desprestigio a la presidenta de la Junta de Andalucía, Susana Díaz, y a su gobierno. A ellas y a ellos. Igualdad. Lo del recorte de una falda en directo además de un feo gesto sexista y populachero, marca de una casa que presume de un feminismo impostado y apegado a las consignas políticas, esconde una programación olvidada por la tutela responsable y carne de pitorreo contra Andalucía cuando se encarta en Madrid y Barcelona. La corporación autonómica, en mínimos históricos sin hallar sótano, instalada ya por debajo del 9% de la audiencia, ahonda en su alejamiento y desencanto entre los contribuyentes andaluces, que en su mayoría no contribuye ni a un minuto a contemplar Canal Sur, que cuesta 140 millones al año.
PSOE y PP van a acordar un candidato de consenso para RTVE, matrimonio de conveniencia para que Podemos no entre en Prado del Rey. Un acuerdo veterano de facto en Andalucía, donde con mil excusas el PP se queda con consejeros de más y el PSOE de Susana Díaz cree tener así un problema de menos. Ciudadanos y Podemos no están aún representados en el consejo de administración y es entendible que la parlamentaria Teresa Rodríguez utilizara el viernes las redes sociales para destapar así una corporación que en sus contenidos vaga sin control. Rodríguez, recordemos, ya sufrió en Navidad una presunta broma de carácter sexual, así que lo de los besos robados de Juan y Medio le suena. Al de Almería le han justificado los miembros del equipo y algún cronista madrileño que, evidentemente, no está al tanto de la casa. El equipo de la productora Índalo Media, dicen, lo forman en su mayoría mujeres, aunque el anterior lunes, el de la falda, quedó claro quién es el jefe. A profesionales como Jesús Hermida, por ejemplo, no le recordamos que le tocara ni un pelo a alguna de sus compañeras.
De esta anécdota chusca no han transcendido, que se sepa, reacciones de esas duras voces feministas que abundan por los micrófonos de la RTVA. Las responsables de los contenidos de Canal Sur (dirigida interinamente por Joaquín Durán desde marzo de 2013) son además dos mujeres que se presumía combativas contra el sexismo: Pilar Vergara e Inés Alba. Pero, aclaremos ya, Juan y Medio no sólo no será amonestado sino que será reforzado con más encargos. Ayer elevaba sus índices de audiencia porque se reservaba para este lunes, aparición que fue decepcionante de cara a los espectadores y medios que buscaban explicación. Pero comprensible, dados sus humos.
"Ladran, luego cabalgamos" fue su cervantina primera justificación. Avanzada la emisión bajó el tono pidiendo calma, diciendo que la cadena ya se había disculpado. Aunque lo que esperaba el público es que las disculpas fueran de él, el que blandía la tijera. A Juan no hay quien le tosa en Canal Sur y ayer lo escenificó, para emponzoñar más la herida.
Juan y Medio dentro de poco regresa con Menuda noche, de otra productora bien conocida, ZZJ. Fuera de Andalucía no crean que este caballero que dice cabalgar tanto tiene el prestigio como le pregonan y como él mismo se imagina. En la temporada pasada protagonizó dos sonados batacazos de audiencia en La 1 y en Antena 3. Canal Sur, como ven, no tiene problemas de compatibilidades cuando son nombres protegidos, como Juan o como Toñi Moreno.
Nadie le va a tocar ni un pelo del bigote a La tarde, aquí y ahora. "Por motivos de audiencia", esgrimirán desde la RTVA. Pero también se le han seguido dando programas a Toñi Moreno pese a sus sucesivos fiascos de seguidores. El matinal Gente maravillosa se encasquilló por debajo del 5% y dilapidó el presupuesto dedicado a la franja matinal, que ahora se encara con reposiciones y un programa de producción propia, CSN Mediodía, de los Servicios Informativos, la sección que con evidente profesionalidad está dando más la cara por la salvación de los números de la casa. Los programas de Toñi están firmados por una productora de ex directivos (Francisco Romacho, José Manuel Fernández Cuadrado Lepo, creador de dudosos formatos como Tómbola, y Pepe Flores). Happy Ending ya ha emprendido más Gente maravillosa noche y La báscula, contenido apercibido por un negocio de adelgazamiento en clínicas privadas, mientras al presentador, Enrique Sánchez, le abren restaurantes.
ADM, otra productora de ex dirigentes, con Ricardo Llorca, ex director de Canal Sur (y que ha tenido encontronazos con redactoras, la última, embarazada), elabora los dos magacines diarios dedicados al mundo del corazón, Vaya tela, y sustenta el equipo de reporteros de Andalucía Directo. Yo soy del Sur, el concurso de sevillanas de María del Monte, está encabezado por la propia presentadora y se graba en los platós de Juan y Medio. Es el núcleo duro de la parrilla, lo más costoso al margen de la plantilla, mientras los sindicatos protestan por el "oscurantismo" que vive el ente. El resto de la programación estelar la completan dos productores veteranos, Ricardo Medina (Andaluces por España) y Tomás Summers (Original y copla, único estreno de la nueva temporada). El creador de Se llama copla, Antonio Jiménez Filpo, sigue produciendo el costoso serial Entreolivos pese al aburrimiento de la primera temporada. Cómetelo, el espacio de recetas de Enrique Sánchez, es de producción propia con aportaciones de pequeñas productores. La RTVA ha contenido su presupuesto a través del exprimido de la producción externa (un recorte de 5 millones al año), donde sólo un puñado de nombres se beneficia mientras los despidos y las quiebras se han prodigado en un sector privado para el que Canal Sur debía ser "la locomotora", tal como se concibió en 1989. La coartada de las directoras se encuentra en el invento invisible de Andalucía TV, cadena donde se amontonan los espacios de obligado cumplimiento, con dotaciones mínimas, para una audiencia que no sobrepasa el 0,5%
Lo de la falda será incluso anécdota para el gobierno de Susana Díaz, pero ha sido un viral despunte machista que afea y devalúa más la imagen de Andalucía. Nada va a cambiar en Canal Sur pese a todo lo que pase. Pero cuando alguien, algún día, quiera actuar para mejorar y regenerar la cadena autonómica hallará una corporación empobrecida y desprestigiada en todos los aspectos, sin creadores externos, sin rumbo y sin sentido de servicio público.
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