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Juan Avellaneda recibe su merecido en 'Masterchef'

Gala del formato 'celebrity'

El diseñador queda eliminado en un programa casi de castigo a Tamara Falcó que parecía hacerle la vida imposible a Félix Gómez

Juan Avellaneda al presentir su marcha tras su duelo ante Vicky Martín Berrocal / RTVE

No podía durar demasiado ese pasteleo que se traía Jordi Cruz con Tamara y ese núcleo de pijos que han convertido Masterchef Celebrity en un Maestros de la costura a baja temperatura. Menos mal que el programa de La 1 reacciona y pega volantazos para que el cocido no se convierta en empalagoso. Este miércoles tocó día de castigo para la hija de Isabel Preysler que desdoblada como capitana en los dos equipos en la prueba exterior (en una bodega de esas exclusivas, o sea) se vio desbordada y abocada al correctivo. El dramo se avivó en el fuego por la eliminación del señor Brillibrilli, Juan Avellaneda, el tipo más primoroso ya no nos obsequiará con sus pescadillas de crochet y sus calabacines de ganchillo.

Menos mal que ha sido así y de vez en cuando nos sale la versión arrabiata, bueno es un decir, la más encarada dentro de sus mohínes, de Tamara. Con la sala arrabiata, precisamente, saltaron ciertas sospechas de trampa sobre la concursante más 'osea' de la historia, cuando el sevillano Félix Gómez no sabía dónode encontrar la cayena para salsear su pasta y recurrió a la pimienta. Tamara bromeó, o no, diciendo que había escondido las guindillas.

Pero ya la historia venia de atrás, de la prueba en la bodega, donde Tamara vino a tirar basura donde el actor barbado estaba enfrascado con gran preocupación en unas yemas a las que debía dar untuosidad.

Jordi Cruz, eso sí, sigue tonteando con Tamara mientras la pone a la brasa a fuego lento. Ay, el macho alfa de Abac.

Lo dicho, al final entre los pijos surgen chispas negativas. En la prueba colectiva la outsider de Yolanda Ramos fue salvada por sacarle todo el jugo al caldo de unas cigalas, lo que vino a despertar celos evidentes a Vicky Martín Berrocal, que es Tamara pasada por las encinas. Boris, que de manera sigilosa y autocrítica parece el más encarrilado al duelo final, también se salvó.

La autoreclamación de Yolanda ante Vicky se convierte en un alegato digno de Escarlata O'Hara. Le deseamos lo mejor a la actriz entre esa panda de engreídos a lo que se ha reducido esta edición.

La prueba de eliminación iba de hacer pasta. Los pijos, ay, tan acostumbrados a la pasta, se reliaron un poco.

Fue la perdición de Avellaneda. Cuando no puede escudarse en las blondas y bigudíes y ha de ir al grano, cuando ha de cocinar sin más. Entre duelos letales, fue eliminado por Félix y expulsado ante la iracunda Vicky por dejar lamiosos unos macarrones lanudos, o como fuera... Adiós, Juan.

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