Josie: “Me encanta confinarme, me he confinado toda la vida”
Entrevista al concursante de 'MasterChef Celebrity'
El estilista se ha revelado como el favorito en el programa de La 1
Prepara el vestido de Cristina Pedroche para las campanadas en Antena 3 sin dejar de estudiar e impartir clases
Josie se llama José Fernández-Pacheco, manchego de la localidad de Manzanares, profesor universitario, ‘vestidor’ de Nochevieja de Cristina Pedroche y agudo observador textil respaldado por miles de horas dedicadas a la historia de la moda, pasión y devoción. Su popularidad se ha multiplicado desde que aparece en MasterChef Celebrity y se encamina como favorito por su regularidad y eficacia en el trabajo. Tras sus airados suspiros y su apariencia extravagante hay estudio, dedicación, ganas de aprender. Educación no le falta porque incluso en sus más punzantes comentarios hay criterio. Con motivo de Moda Cálida, en Gran Canaria, cita de moda promovida por Ifema, Josie (por la modelo Josie Maran) responde.
–Permítame un vaticinio. Antena 3 será la mas vista esta Nochevieja por la tendencia de estos años y porque los jóvenes, parece, no se van a ir de cotillón. Por encima de la superstición, van a obligar a poner a ‘la’ Pedroche.
–Ay, ojalá podamos esa noche a salir de celebración, salir a la calle. Algo. Pero si hay que quedarse, ojalá todo el mundo a las doce de la noche esté en Antena 3 viendo la fantasía que hemos preparado con Cristina. Y esta mujer ojalá logre su sueño de superar a la cadena pública, por fin.
–¿Aunque usted esté ahora los martes en La 1?
–Cuando yo empecé con Cristina Pedroche todo el pescado estaba vendido. Ella se atrevió a inventar su momento y la ayudé en todo y hemos creado un superevento, la Super Bowl del divismo en España.
–Usted ha sido capaz de darle importancia a la moda sin tener que hacer doctrina.
–Lo que hemos creado en Nochevieja no me lo creo. Y espero que también muchos espectadores de MasterChef nos acompañen a ese evento que le hemos puesto mucho cariño. Que se queden con nosotros hasta la última uva, para así ser los líderes de la noche. Si la gente ve el vestido y después cambia de canal, hemos perdido. La suerte está en quedarse en Antena 3.
–Lo de Pedroche con las uvas ha sido una evolución.
–Sí, desde el primer Pronovias. Yo creo que a nivel de estilismo los dos hemos ido evolucionando. El primer vestido fue difícil de hacer porque ella se enteró de que iba a dar las Campanadas en noviembre. Sin tener nada planeado me acordé en ese momento de Pronovias. Somos la primera potencia mundial de moda nupcial. Le dije a la Pedroche, como te has casado en vaqueros te hago un vestido de bodas. Y fue un bombazo, animó mucho. El cuerpo ficticio del año pasado de Jacinto de Manuel me motivaba y este próximo es distinto pero está en la línea de la fantasía y de exaltación de la Pedroche.
–¿Deberíamos superar que vamos a ver un ejercicio de moda y no si se le ve algo, o no, a la presentadora?
–No va de eso, claro. Es moda. Ella está estupenda, cada año está mejor. Y me gustaría hacerle un traje premamá, pero todavía no se ha dado el caso.
–¿Nos falta conocer de verdad a Cristina Pedroche? Tiene mucho ‘hater’...
–Cristina es maravillosa ¿no lo ves? Ella tiene muchos haters porque es necesario tener muchos haters, porque te aúpan. Hay que tener gente que te ama y gente que te odia. Qué sería de mí y de Cristina sin nuestros haters.
–¿Usted tiene muchos ‘haters’?
–Por supuesto, si estás en televisión o te aman o te odian. Lo que no puedes ser es un pan sin sal. La gente está harta de la indiferencia. La gente busca algo diferente. A mí también me gustaría ser cajera de supermercado. Hacer pi-pí, pi-pí, e irme para casa. Me encantaría, de verdad, porque me encantan los supermercados. Pero en televisión hay que hacer un show.
–Para ser Josie hay que estar investigando y leyendo mucho.
–Es algo que ni me lo planteo. Es así. Eso es como los legionarios, dedicas tu vida. Yo no sé vivir de otra manera. A los 19 años empecé a estudiar Humanidades, aprendí a documentarme para vivir. Mientras unos van al gimnasio yo hacía hipertrofia cerebral, que es un músculo que trabajo mucho para que no pierda fuelle. Y a mí el cerebro todavía no se me ha apagado. Es mi respiración.
–¿Alguna figura que usted valora y que no haya triunfado?
–El triunfo es relativo. A mí me encanta descubrir marcas que la gente no se plantea. Llevo unas zapatillas Rowing Blazer, que es top en Nueva York y aquí no es conocida. Me gusta una marca que se llama OlzaMadrid que lo que hacen es que les paso prendas mías pasadas, que me da pereza ponérmelas, y me las pintan, me hacen capillas sixtinas a juego con los chinos. Vamos a ver, yo descubrí a Palomo Spain. El primero en llevar un Palomo en un photocall fui yo, en el estreno de Zoolander en Madrid Capitol, en mi primer año de Harper’s Bazaar. Fue una impresión. Y ahí está.
–Palomo es muy grande. Es una reclamación de la periferia.
–Yo lo conocí en Londres. El trabaja desde Posadas y yo desde Manzanares he dado la vuelta al mundo. Y Jacquemus desde Marsella ha creado un cosmos que ha superado a París. Hoy hay una exploración más allá de las capitales de la moda, que además con la pandemia han perdido esencia.
–¿Cómo lleva estos meses?
–Con mucho trabajo fuera y con los certificados puedo moverme, gracias a Dios. Y también tengo que concentrarme mucho en Madrid. Me encanta la introspección, me encanta confirnarme, me he confinado toda la vida sin coronavirus. Para ser alguien interesante en una cena tienes que pasar mucho tiempo confinado, leyendo.
–¿Cómo surgió lo de MasterChef? Nos tiene asombrados.
–Desde Shine me llamaron hace ya cinco años y no podía, porque como dirijo el máster de Moda del IED hasta agosto no podía. Pero este año por agenda sí . Y a mí me ha cambiado la vida, pero he terminado destrozado.
–¿Ha aprendido cocina ahí?
–Sí, sí, ahí. Y con Isabel Maestre, con Cristina Terrón. Con Raúl Marín del Basque Culinary Center...
–MasterChef no es sólo cocina.
–Es conocerte a ti mismo. Es una experiencia que te permite conocerte y a los demás. Es el mejor programa, con permiso de Zapeando. En ambos he aprendido a ser yo mismo y a manejarme en un plató.
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