La ventana
Luis Carlos Peris
Reventa y colas para la traca final
La pareja del momento
La semana en El Hormiguero ha arrancado con la visita de una de las parejas de moda en la televisión actual, Joaquín Sánchez y Susana Saborido. El mediático futbolista y su mujer se han ganado con su naturalidad, cercanía y amor el cariño del público. Y de eso sabe mucho Atresmedia que se está encargando de explotar su historia en la televisión. Los protagonistas de la serie documental La penúltima y me voy, que se emite los jueves en prime time en Antena 3, han mostrado su lado más íntimo y personal en el programa de Pablo Motos.
Joaquín Sánchez y Susana Saborido, que llevan 22 años como pareja, son uña y carne. Así lo demuestran en la ficción y lo son en la realidad. La penúltima y me voy se afana en enseñar a los televidentes la vida de uno de los futbolistas más queridos de nuestro país. Joaquín y Susana, al natural, un filón para la televisión, la próxima parada de un futbolista que apura sus últimos días en el Real Betis. Para triunfar en la televisión hay que ser de verdad y mostrarse tal y como uno es. Esa máxima está perfectamente grabada en la mente del extremo portuense. “Yo solamente puse una condición antes de empezar el documental y fue que fuera todo de verdad. Hay muchas cosas que al final no se van a poder ver, pero es lo que tiene hacer un documental de verdad. Yo lo dije siempre, que quería hacer un documental que fuera bonito y que fuera de verdad para que la gente se sienta identificada con nosotros”, ha afirmado.
La pareja contrajo matrimonio el 8 de julio de 2005 en la localidad natal del futbolista, El Puerto de Santa María. Precisamente su enlace centrará el argumento de la segunda entrega del documental este jueves. “Nuestra boda fue un show, como nuestra vida entera. Recuerdo que llegué a la iglesia y me tuvo que meter la policía. La policía me cogió en volandas y me soltó en el altar”, ha contado la colaboradora de El show de Bertín. “La boda fue especial. Yo estaba esperándola en el altar verla entrar y no la vi. Cuando llegó le pregunté: ¿Tú por dónde has entrado?”, ha explicado en clave de humor. La boda de la pareja fue un evento de gran magnitud para el municipio gaditano. “Estaba todo el Puerto allí metido. Los invitados no podían ni entrar.Nosotros hablamos con el cura para que acotara una zona para los invitados pero nos dijo que él no cerraba las puertas de la Casa de Dios a nadie”, ha revelado el futbolista.
Los entresijos de su relación sentimental aportan grandes momentos a la serie documental. Entre ellos, cobra especial relevancia las discusiones, pero siempre desde el buen rollo. “Discutimos todos los días y a todas horas. Tú dices blanco, yo digo negro; tú quieres lentejas, yo te pongo papas. Todos los días y a todas horas”, ha asegurado la sevillana. El primero en pedir perdón es Joaquín Sánchez. “Yo, porque ella es más cabezona”, ha admitido el jugador. La respuesta de Susana fue inmediata. “No es que sea más cabezona, es que llevo razón siempre. Tú siempre están liando la traca con todas las cosas que hacemos y no puede ser así”, ha destacado Susana.
El nuevo hogar de la pareja también forma parte de la serie documental. Las obras se están demorando por una curiosa intrusión. “Nos hemos metido en los metros del vecino y ahora tenemos que tirar los tres metros y medio que tiene que haber de separación de linde. Menos mal que es un trocito chiquitito de jardín”, ha apuntado entre risas el deportista. La discusión por las obras ha sido inevitable. “Ayer, cuando veníamos a Madrid discutimos en el tren porque quiere quitar diez o doce espejos y poner cristal color ahumado”, ha apostillado Susana.
Pablo Motos quería saber si la pareja pondrá váter con chorro en su nueva residencia. “No me ha dejado”, ha contestado el jugador. “No le he dejado porque como ponga un váter con chorrito, entre lo que le gusta salir y lo que le gusta el váter con chorrito, no le veo”, ha asegurado la mujer del bético.
Antes de concluir la entrevista, la pareja ha hablado de lo que no le gusta del otro. Susana ha contado que Joaquín no se toma las discusiones en serio. “No le puedo mirar a la cara porque no me toma en serio. Él me pone cara de que me está escuchando pero lo que le digo le está entrando por un oído y le está saliendo por el otro, y como yo lo sé, pues me entra la risa”, ha desvelado. Por su parte, Joaquín detesta que su mujer sea tan friolera. “Lo que peor llevo de Susana es que está todos los días muerta de frío. Cuando se acuesta lleva su ropa interior, sus calcetines, su pijama de franela, su media rebequita de franela y su bata. Y después se tapa con la sábana, la manta, el nórdico y el suelo está a 29 o 30 grados. El día que le quiero meter mano, se me quitan las ganas”, ha explicado con su gracia habitual.
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