La aldaba
Carlos Navarro Antolín
Tablada, zona libre de pelotazos
Un maestro para evocar
Para los que lo recuerdan, la primera imagen que se le viene a la cabeza puede ser la de un sobre en una mano mientras la otra se columpia cuesta abajo: "a jugaar". Joaquín Prat era El precio justo pero también era radioanimación, una voz publicitaria y un anfitrión siempre amable, colorido, aunque fuera una de las caras más queridas en blanco y negro. Su hijo tocayo (igual que los Prats, Matías, los Prat se heredan), en un registro de actualidad algo diferente, aparece cada tarde en Cuatro al día y en las mañanas de Ana Rosa Quintana. Algo se evoca en su voz.
Joaquín Prat Carreras, Prat el de Un millón para el mejor, Galas del Sábado y Carrusel deportivo, fallecía tal día como hoy hace 25 años. En esa fecha se produjo su deceso pero su convalecencia final procedía de un infarto de miocardio agudo que lo había dejado en coma.
Aquello sucedió el 6 de abril de 1995 en el plató de Ay Lola, Lolita, Lola, un show de Lola Flores para TVE, última aparición de la jerezana. Tras una entrevista con el valenciano, se desvaneció mortalmente. Ese impacto también influyó en la cantante y presumiblemente aceleró su fase terminal. El 9 de mayo, una semana antes de fallecer, Lola dejó sin grabar su último programa. Joaquín Prat tenía 68 años y había vivido tres décadas de gran popularidad.
El precio justo lo había elevado a la presencia más cotizada en la TVE en vísperas de las cadenas privadas. Por entonces su voz pasó a la COPE tras haber jaleado la publi de Carrusel deportivo con las boquillas Targard, Anís Castellana y Kelvinator. Como sucedería con Jordi Estadella y Constantino Romero (incluso con Jordi González) sólo en los concursos las voces traídas de la radio han calado de inmediato en el televisor.
Comenzó tarde en los medios, su pasión siempre fueron las ondas pero se manejaría como pocos ante una cámara. Ya treintañero, desde Radio Nacional en Valencia pasó a la SER, a las madrugadas y al matinal de Madrid (como a finales de los 70 con La mañana es nuestra, con Carmina Pérez de Lama) cuando la programación en cadena era muy reducida. Fernando García de la Vega, el de Escala en HiFi, lo fichó para el que sería el formato que mejor reflejaría el desarrollismo (economía y esfuerzo de la clase media) en TVE, ese concurso de Un millón para el mejor que a partir de 1968 concentraba a millones de espectadores.
De ahí pasó al año siguiente junto a la presentadora más icónica de la televisión pionera, la entonces recuperada Laura Valenzuela, para Galas del sábado, cuando la pantalla impresionaba al contribuyente porque se vestía de fiesta internacional. Por eso también estuvo predestinado a comentar Eurovisión. Con Laura proseguirían ambos en Canción 71, el típico formato antediluviano de cazatalentos y del ómnibus (palabra de la época) Siempre en domingo fue cesado por su alto caché.
Porque Prat siempre se hizo valer. Por contrato o por autoafirmación, como cuando plantó cara y entrepierna, subido a una mesa, ante los periodistas que habían llegado a Radio Madrid con la instauración de los Servicios Informativos en 1977.
A Pepe Domingo Castaño, cuando era un pipiolo en la Gran Vía, ya le dijo que "tranquilo, que tú llegarás" y ambos acompañaron a Iñaki Gabilondo para montar Onda Media, aquí la SER en 1983, espacio a tres bandas de transición del entretenimiento al protagonismo informativo del Hoy por hoy, que arrancó en 1986 un año y medio después de la compra de la cadena por el Grupo Prisa.
A Joaquín Prat se le vincula con TVE aunque no prodigó tanto en la pantalla. Ibáñez Serrador, que ya había creado el Un, dos, tres, como director de programas de la cadena única lo reunió en 1974 con otro compañero de micrófono José Luis Pécker para otro aperturista concurso Cambie su suerte, que pasó a la historia por el escote de Rocío Jurado. Conduciría el primer concurso futbolero, Destino Argentina, en 1978, y poco después se encargó de un maratón de los viernes, Cosas, que se producía entre Madrid y Barcelona. Él animaba desde Madrid y Mónica Randall desde una capital catalana con modernidad y seny.
En 1988 regresó con expectación con El precio justo, concurso de origen estadounidense que recibió críticas por lo excesivo de sus escaparates y premios porque también por entonces se protestaba por todo. Durante cinco años (y con un intervalo donde sufrió una operación facial por un accidente) su juego de adivinar precios fue un clásico de la parrilla. En la radio terminaría encabezando la primera Radio 5 como heredera generalista de Radiocadena.
Con Noches de gala emuló las Galas del sábado junto a Miriam Díaz Aroca (Laura Valenzuela estaba en Telecinco) y dio las campanadas junto a Ana Obregón para inaugurar su trágico 1995. Su último concurso en TVE, en aquellos meses, fue ¿Cómo lo veis? él sólo se bastaba para animar un formato un tanto insípido. Joaquín Prat tenía un sentido del ritmo y de una fácil conexión con el público que no se ha vuelto a repetir.
También te puede interesar
Lo último
1 Comentario