Isabel Pantoja y la lavadora de 'Supervivientes'

Sufrir hasta la redención. Es la fe que tiene Isabel Pantoja para reconducir una carrera profesional necesitada de más dinero que seguidores. Porque curiosos los tiene siempre a su alrededor. La gala de anoche de Supervivientes anotó 3,5 millones de espectadores, 36% de cuota. Eso no lo hace nadie con la constancia de este reality. Sin la Pantoja y su glorioso salto en el helicóptero esta edición hondureña habría despertado interés en el público habitual de Telecinco, pero no la curiosidad de ver cómo la bien tratada tonadillera se fajaba entre arenas ardientes, compañeros más peligrosos que una víbora en el empeine y unas hambrunas dignas de la muerte. Saca el whisky, Chelo, que vamos a hacer un guateque. Con el análisis terrorífico en la sangre Isabel regresó.

Claro que volvió. A encontrarse con su hijos. "Por qué, si sois mi vida. ¿Por qué os lleváis mal? Por favor, os lo pido con locura, abrazaros y besaros". Chabelita, la cantante, y Kiko, el dj, asentían contritos. Ya está la familia unida lista para salir en la portada.

E Isabel, redimida tras este purgatorio caribeño, este limbo entre cocoteros rancios y Colate desvencijado. Ya está, olvidemos la penas. De prisión. Adiós, Julián. Adiós, Marbella. Adiós todo lo que salió en Sálvame. Hasta nuevo aviso. Hasta el siguiente cebo. 'Reempieza' la vida en la montaña rusa de Isabel, una etapa más. La de jurado en Telecinco, pisando firme el escenario en cuanto recupere los kilos (de peso) y regresen los kilos a la cuenta corriente.

Hasta Jorge Javier no sabe qué hacer en estas circunstancias. Ya se le irá ocurriendo en las siguientes galas cuando la Pantoja vaya ajustando cuentas con sus compañeros en la orilla. El 'Pantojazo' sólo ha enseñado la patita del audímetro. Ahora les espera, por lo pronto, vigilar el GH Dúo. Allá quiere ir Isabel con JJ. Qué cosas.

Ah, y la granadina Mahi está nominada, pero a un pasito de la final del siguiente jueves.