La conjura contra Isabel II, 'The Crown 5' y su incómodo relato
La serie real
La continuación de la serie de Netflix, que llega el 9 de noviembre, no estaba concebida para tener a la reina de cuerpo presente
¿Llegamos a conocer en realidad a Isabel II? (diariodesevilla.es)
Video: Tráiler de la quinta temporada de 'The Crown'
Las presiones para la abdicación sobre Isabel II aparecían sutiles y envolvían el aire de la película de The Queen, con guion del productor ejecutivo de The Crown, Peter Morgan. La impaciencia e impertinencias del príncipe Carlos quedan patentes a lo largo de sus diálogos con la monarca interpretada por Helen Mirren. La muerte de Diana, gigantesco macguffin para reflexionar sobre la soledad en el poder y cuando la autoridad es zarandeada por afines y advenedizos, era el punto de partida para bosquejar esa incomodidad de los que están en el banquillo, como el príncipe de Gales, cuando el tiempo se hace eterno.
Esos mimbres son los que construyen parte del cesto de la quinta temporada de The Crown, que Netflix ha anunciado para el 9 de noviembre (los fans en nerviosa cuenta atrás). Desde hace ya meses, tras la muerte de Felipe de Edimburgo, se venía carraspeando en la élite británica sobre la conveniencia o no de detallar los malos momentos de su monarquía en los años 90, el annus horribilis de la soberana, los sonados portazos de Diana Spencer y, en especial, las rozaduras en el ego del príncipe heredero.
Los deseos por el relevo, la conjura contra Isabel II, iba a ser uno de los ejes de una temporada nada simpática para repasar el pasado de los Windsor. De ahí que, por ejemplo, el ex ministro John Major aireara que nunca ha revelado cómo fueron sus recepciones personales con la reina y se desmarca de cualquier intriga. La producción de la serie se defiende que todo es ficción partiendo de hechos históricos. Aunque vaya a causar más de una erupción cutánea, en especial por parte del entorno del actual rey Carlos III, habrá que sospechar que, como ha venido siendo hasta ahora, hay mucha documentación y testimonios de fuentes para construir lo que vemos en los capítulos.
La disculpa en realidad se disfraza con la humildad de decir que en los guiones hay libertades creativas. Morgan y su equipo han manejado fuentes de primera línea, con la diferencia de que si la temporada quinta se hubiera estrenado con Isabel II viva esos forcejeos serían vistos con sonrisa irónica. Ahora se observan incluso con enervada compasión.
Dominic West interpreta a este príncipe impaciente que con la soberana de cuerpo presente se convierte en un personaje de ficción aún más duro y patético. Elizabeth Debicki interpreta a Diana Spencer, sacudida por sus propias frustraciones y empujada a ajustar cuentas. Es hasta comprensible que su hijo menor, el príncipe Enrique haya dado un paso al lado con Netflix para no enfangar aún más el ambiente familiar. Si ya Carlos de Inglaterra se convertía en el insolente y desdichado villano de la temporada 4, en la 5 el actual rey puede convertirse en el ogro de las pesadillas de los niños.
Como una reina enfilando la senectud y desbordada por problemas que no puede pillar por las bridas aparece Imelda Staunton, una actriz bien elegida para una época de tinieblas y debilidad para la soberana. El duque de Edimburgo, de firmeza castrense, lo interpreta Jonathan Pryce. Y tenemos a Lesley Manville en los estertores de la princesa Margarita, en caída libre, y a Olivia Williams como Camilla Parker Bowles, al alza en todo ese laberinto de costras.
Que la temporada 5 será todo un éxito del cine de terror, eso es seguro.
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