Hace mucho tiempo, en una galaxia lejana... nació TVE

Breve historia de la cadena pública

TVE cumple en este 28 de octubre 65 años de sus emisiones. Miembros del ejército fueron los que dieron los primeros pasos en el proyecto

La carta de ajuste en color de TVE, inolvidable para los espectadores mayores
La carta de ajuste en color de TVE, inolvidable para los espectadores mayores / RTVE

TVE, la cadena que abarca toda nuestra vida, la pública cumple hoy 65 años de emisiones pero empezó a

dar sus primeros pasos en 1951, como junta administrativa, formada por miembros del ejército. Tras cinco años de inversiones y pruebas creció con el desarrollismo hasta convertirse en la mastodóntica y deficitaria corporación que tuvo que ser resaneada billonariamente en la primera década de este siglo y que con la crisis (y sin facturación publicitaria) ha ido tirando con el presupuesto recortado y un déficit

que se acerca hoy a los 600 millones de euros.

Los militares, y con la guerra aún muy vigente, nutrieron aquella primera plantilla de TVE, un invento de “interés público” que hoy cumple 65 años de emisiones regulares. Todo parece ya muy lejano. De otro tiempo. De otra galaxia.

El discurso de Jesús Suevos, primer director de TVE
El discurso de Jesús Suevos, primer director de TVE

El domingo 28 de octubre de 1956 se abrían las emisiones de una primera parrilla en directo formada por coros y danzas, bendición (no fue una misa, no había medios para una ceremonia así), un par de discursos largos más un par de no-dos y un documental pío sobre mercedarios (convertidos por errata en "mercenarios" en algunas fuentes).

Folclore, un cura y unos cuantos frailes, oficialismo, políticos con chaqueta dando su discurso... no se distingue demasiado de Canal Sur y de cualquier cadena municipal de nuestro entrono.

Por entonces el invento de la televisión, que sólo estaba al alcance de un público elitista, se contemplaba casi como una inocente curiosidad de física recreativa, un servicio estatal de modernidad, emprendido casi a la par que la mayoría de los países europeos (a excepción del Reino Unido y Alemania, que comenzaron con sus respectivas corporaciones públicas antes de la Segunda Guerra Mundial).

Desde 1948, cuando se inician las primeras sesiones experimentales en España, se va madurando la idea de la poderosa influencia que podía ejercer la televisión en los hogares. Había por entonces pocos televisores (un aparato costaba tanto como un automóvil, para hacernos una idea), pero el propio Franco, en el mensaje navideño de 1955, el primero televisado, intuía “el peligro” que suponía el nuevo medio al entrometerse en los cristianos hogares españoles.

Como caudillo paternalista estaba obligado a tutelar TVE. Claro que lo hizo. Aún hoy, pese a la

competencia privada y el campo sin vallar de internet, los políticos sienten que están en la obligación de tener su cadena particular con la correa atada.

Mariano Medina, el primer hombre del tiempo
Mariano Medina, el primer hombre del tiempo

La tele nacía con fines de divulgación y de entretenimiento, pero también era la información interesada, la doctrina y la propaganda a domicilio. Una oportunidad.

Tras la etapa de Jesús Suevos, el primer director de la casa (1951-57); con el segundo, José María

Revuelta, se crea oficialmente el Patronato de TVE, con canon para los poseedores de televisores, y

dependiente del Ministerio de Información y Turismo. Según el tamaño de la pantalla se pagaba entre 300 y 500 pesetas (unos 180 euros para nuestro poder adquisitivo aunque por entonces casi era el sueldo de un operario medio), pero el canon desaparecería en 1965, rescoldo de la, eufemísticamente, conmemoración de los XXV años de Paz.

Dos censores, uno político y otro eclesiástico, en aquellos años pioneros sujetaban las riendas de

la reducida programación que meses después estrenó los primeros informativos, la clave de un canal público. Al cabo de 65 años han sido 28 directores generales y dos desastrosos período interinos (el más reciente, el de Rosa María Mateo, administradora única). En este tiempo, salvo breves etapas (Castedo, en 1981, Luis Fernánez en 2008) la cadena pública ha solido estar directamente al servicio (o al menos presionada) del poder político... Sus defectos históricos contagiaron al resto de públicas nacidas en España. A ello se une el frecuente despilfarro.

El recientemente fallecido Tico Medina con Yale en el programa pionero 'Telemadrid'
El recientemente fallecido Tico Medina con Yale en el programa pionero 'Telemadrid'

Con una deuda billonaria en pesetas, RTVE no se cerró porque fue saneada un minuto antes de la primera crisis del siglo. Con el ERE de 2006. La recesión era un halo fantasmagórico.

El presidente Rodríguez Zapatero pagó la deuda acumulada tras 15 años de nefasta gestión en competencia con las primeras privadas (1991-2005), a medias entre responsables nombrados por el PSOE y el PP. Se financió el pago de 7.700 millones de euros a costa de reducir por las bravas más de 4.000 puestos de trabajo.

Suevos, el primer responsable del canal hace hoy 65 años, tenía a su cargo 27 operarios. Pese a las reducciones de plantilla y el déficit de cada año tras el nuevo modelo financiero, TVE cuenta en

estos momentos con una plantilla de unos 6.000 empleados.

En 2009 desaparecieron los anuncios (que no los intermedios, con autopromociones y patrocinios que vienen a apurar las cifras del presupuesto de la casa). Ni el sistema mixto ni la fórmula actual han dado estabilidad a TVE, en tiempos recientes.

La primera carta de ajuste de TVE
La primera carta de ajuste de TVE

En los tiempos del monopolio, en 1965, al suprimirse el canon TVE (recién estrenado Prado del Rey) se surtió por la subvención y, sobre todo, por la publicidad, que durante años originó protestas por la abusiva presencia en un medio que no se imaginaba tener la competencia que lo ha arrinconado.

En este mismo año la esperanza se entreabre con un consejo de administración llevado adelante por el consenso entre el gobierno, PP y PNV, presidido por José Manuel Pérez Tornero, director durante años en La 2 de La aventura del saber. Menuda aventura, y desventura, la de RTVE.

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