Hace medio siglo, cuando España quedaba segunda en Eurovisión...
Efeméride eurovisiva
Karina compitió contra Rocio Jurado o Nino Bravo para estar presente en Dublín en 1971 obteniendo uno de los mejores resultados de TVE en el festival
En el videoclip se intuye un mensaje subliminal sobre la monarqía a cargo de la cadena pública dirigida por Adolfo Suárez
“Sólo al final del camino…”, pero esa frase, la primera de la canción En un mundo nuevo no la escuchó el continente. El jefe de sonido del festival en Dublín abrió micro en la siguiente frase susurrada por Karina que, por lo visto, en el ensayo se incorporó de forma precipitada y de ahí el despiste en el control de realización.
Pese a la pifia (nada en comparación con el desfase de Azúcar Moreno en Zagreb en 1990) la actuación española transcurrió de forma vibrante y los jurados se rindieron a la de Jaén, Doris Day Spain, 24 años, que con su vestido de aguamarina y la gatera por los tobillos, modelo de Antonio Nieto, convenció a la audiencia aunque los votantes eran comisiones de expertos, en su mayor parte teledirigidos, en cada cadena europea. La victoria en 1971 fue para el semificticio Mónaco, con una intérprete francesa, Séverine y la bucólica balada Un banc, un arbre, une rue.
La dictadura en España hace medio siglo estaba en un período duro de reacción a las disidencias y aunque el régimen se estaba quedando sin amigos los representantes españoles vivieron su mejor racha en el declive postrero del franquismo.
Karina quedó en segundo lugar hace 50 años, una utopía para la música comercial española en estos momentos, y un sueño para TVE que tal vez el próximo sábado, con Blas Cantó, volverá a vivir un último lugar: el peor historial con diferencia de un país en Eurovisión si contabilizamos las quince ediciones más recientes.
En un mundo nuevo no era mal título para un país con alma vieja y que con el festival europeo tomaba aire y vislumbraba así sociedades con más desparpajo. España fue segunda con 115 votos. Ni el Real Madrid por entonces daba esas alegrías europeas.
Los comentarios de aquella edición fueron de Joaquín Prat, que llegó a pisar los compases de Waldo de los Ríos, director de orquesta que se suicidaría seis años después tras ser el arreglista de la canción que enviaba España a Eurovisión en 1977, Enséñame a cantar, de Micky.
Karina llegaba al festival tras una laboriosa selección ante las cámaras. La cadena pública ideó por entonces Pasaporte a Dublín, con la batuta de sus dos realizadores musicales más curtidos, Fernando García de la Vega y Valerio Lazarov. Los aspirantes no eran novatos a lo Rosa de OT, sino promesas en firme como Rocío Jurado, Nino Bravo o Los Mismos.
Una selección así, sobre todo con influjos latinos, es lo que necesitaría TVE para otros años y remontar en calidad en esta gala. La jiennense cuando se jugó ir a Irlanda ya tenía ruidosos éxitos en single como Las flechas del amor o El baúl de los recuerdos, uuuú.
En cada entrega de Pasaporte a Dublín Pasaporte a Dublínlos participantes presentaban sus canciones más conocidas y de ahí que haya grabaciones de poses tan singulares del malogrado Nino Bravo. Conchita Márquez Piquer, Junior (marido de Rocío Dúrcal) o Jaime Morey, que acudiría en 1972 y que aquí fue segundo, fueron otros rivales de la representante en un programa ciertamente adelantado a sus tiempos. TVE, dirigida por Adolfo Suárez, en entretenimiento era mucho más moderna que el régimen, otro asunto eran los Telediarios.
Junto a Karina acudió la española que más veces ha participado en Eurovisión, cinco, la portuense Mercedes Valimaña, la Macaria, del trío La, la, la. Estuvo en la victoria de Massiel, con Julio Iglesias y con esta Karina de interpretación potente y sentida que en su videoclip (entonces no se llamaban así) Lazarov la llevaba de Murcia a Madrid buscando transporte para hallar ese mundo nuevo y feliz que encuentra al subirse en helicóptero y termina oteando el Palacio Real
¿Fue este videoclip un mensaje esperanzador sobre la monarquía lanzado por la TVE de Suárez?
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