'Gran Hermano VIP' y lo que esconde la elección de su nueva presentadora, Marta Flich
Opinión
El formato y la marca están heridos por el caso de abusos sexuales
Espacio de entrevistas Mercedes Milá viaja el pasado
El caso de abusos sexuales en la casa de 'Gran Hermano' se resuelve con una pena reducida
Cuando hace 23 años se anunció la incorporación, con intrahistoria rocambolesca, de Gran Hermano, nadie se imaginaba el alcance que iba a lograr esa primera edición y la longeva vida del formato. Jugando con fuego, con alcohol en las fiestas, la marca se quedó marcada. Y lo seguirá estando por el caso de abusos sexuales hacia una participante, como ha ratificado la sentencia. Mediaset da el paso para recuperar un programa que quedó herido.
Hace 23 años se justificaba la fascinante convivencia de unos desconocidos con la cacareada etiqueta de “experimento sociológico” pero con el formato neerlandés lo que se pretendía era fabricar sensacionalismo y audiencia. Lo de ver desnudos a los habitantes quedó superado a los pocos días. Para rebajar las críticas y disimular fines borrosos se fichó a una presentadora de prestigio, Mercedes Milá. Entrevistadora respetada se le repescó cuando sólo le hubieran aguardado ofertas más bien convencionales de no haber surgido este primigenio reality.
Y fue uno de los grandes aciertos del primer GH:contar con un presentadora con personalidad y reconocimiento, ajena al puro espectáculo. Milá aprovechó este premio de la lotería de los programadores y gracias a ella entraron curiosos que de otra forma no le hubieran dado una oportunidad. A su vez una conductora tan experimentada, con su descaro entre el fisgoneo y la impertinencia, insufló carácter e inteligencia a este formato que originaba tantas dudas.
Con Jorge Javier Vázquez Gran Hermano se cerró a un público nuevo, diferente al habitual de la cadena, y con su nueva presentadora, Marta Flich, se ha buscado un modelo similar a Mercedes Milá.
La economista valenciana no tiene el background de aquel rostro fundador de las galas de la casa pero tiene ciertas cualidades coincidentes con aquella curtida periodista que parecía haber dado un paso atrás con este programa cuando simplemente se encontró con un camino diferente. A Mediaset le falta cantera. Flich es casi la única opción consistente.
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