MasterChef Celebrity: Gonzalo Miró cae por un bombón
Crónica del martes 17
El chef Oriol Castro, de Disfrutar, bautiza a Flo como "Flor" entre el regocijo general, superando a Santiago Segura en la permanencia en el programa y Celia Villalobos vive su gran noche
Gonzalo Miró tiene el récord de haber sido el componente más joven del consejo de administración de RTVE. Acudía a Prado del Rey acompañando a su madre, Pilar Miró, cuando era directora general, y algún veterano recuerda cuando trasteaba por el despacho y saltaba de sofá en sofá. Se aburría en las largas jornadas cuando su madre se debía hacer cargo de él y algunas de sus rabietas retumban por las paredes de la casa de la tele. Habitualmente era la familia de la entonces directora de espacios infantiles, Blanca Álvarez (pionera presentadora de TVE junto a Laura Valenzuela) la que se encargaba de Gonzalo al salir de clase.
Es decir, no hay muchos que hayan vivido el interior de la televisión desde dentro como el hijo de Pilar Miró al que le suponemos una vocación mayor por el cine que por la televisión y un desencanto juvenil que interrumpió todo su potencial. Gonzalo ha sido más bien personaje de papel y contertulio matinal que fue adquiriendo experiencia junto a otra añorada mujer sabia como Concha García Campoy. Boris Izaguirre, invitado en la primera prueba, obsequió con un repaso de conocidas figuras femeninas que convivieron con el a la postre eliminado de la noche. Un poquito de crónica casual de chismes para poner de relieve cuánto ha vivido por su cuenta un concursante que debió haber rendido un poquito más en MasterChef Celebrity.
Gonzalo Miró cayó anoche, a las tantas, aunque hubo una media de 2,3 millones de espectadores que aguantaron hasta casi las dos para conocer al eliminado, tras la asombrosa borrachera de goles de la selección. El furibundo colchonero, como insistió a lo largo de estas semanas, perdió por la mínima en la eliminatoria. Debían confeccionar unos bombones y Gonzalo no terminó de atemperar la pasta de cacahuete y se centró en el difícil chocolate blanco que no se dejaba cuajar en las trufas. Ay, el ganaché, decían todos. Vaya.
Gonzalo no lo hizo mal pero realmente, sin probar, sólo por la vista, los demás lo hicieron mejor. La Terre nos sorprende cada día porque entre sus delirios de locura y aspavientos desatados es capaz de ejecutar con eficacia los retos. Parece que es un desastre pero de sus embrollos surge la perfección. Del caos nace el prodigio. Qué cosas. Josie se salvó "por virtuoso", como reconoció Pepe Rodríguez. Su mimo artesanal, unido a la paciencia, lo llevan camino a la final, y Nicolás Coronado, tan gesticulante como versátil también sacó rendimiento a la bombonera. Al final, un apasionado de los 'bombones' como Miró cayó por culpa de ellos.
Gonzalo se dejó ir en pasados programas por el pin de la inmunidad, no ha tenido el empuje de remontada que ha vivido, por ejemplo, la rimada Raquel Meroño y sobre todo la corajuda Celia Villalobos. La malagueña no puede remediar sus vehemencias pero a fuerza de sobrevivir ha sacado su versión más política para centrarse en la obra y dejar un tanto al lado los sentimientos personales. Evocando su Candy Crush, fue la que hizo bingo en la primera prueba, completando ingredientes y sorprendiendo a la concurrencia de amigos con una merluza y recetas tradiciones. Los comensales eran allegados de cada concursante, con otro ex ministro, Máxim Huerta, reclutado como amigo de Gonzalo. Huerta y Villalobos se dieron un abrazo a lo Zumalacárregui. Lo elaborado por Celia fue agasajado por mayoría absoluta, aunque Boris se chivó para que en su mesa, la de los amigos de Gonzalo, votaran por el futuro eliminado.
El destino del eliminado se encontraba en Barcelona, donde Villalobos separó a los azules entre su ahora aliada Ainhoa Arteta, la, la, la (en Barcelona hizo de Montserrat Caballé olímpico junto a un lamioso Jordi Cruz); Meroño y "Flor".
Sí, Florentino Fernández ha sido rebautizado con el nombre primaveral por el chef Oriol Castro, del biestrelleado local Disfrutar, quien hizo de jefe en la prueba. Los llevó con mano firme y Flor, que debía ocupar el puesto de pinche martillo pilón, completaron un trabajo de concentración y resultado redondo. He aquí una de sus recetas.
El cómico que da vida también a Flosie (parodia a la que se le quiere encontrar matices homófobos) se sentía en una nube al llegar el martes que viene al programa 10, uno más que su némesis-amiguete Santiago Segura, su fijación. Flor ha llegado más lejos, pero Segura fue un mejor concursante, que conste.
Con los azules primorosos, enfrente, los rojos, que estaban más dispersos y relajados. Para colmo quien fue a echarles una mano fue la también dispersa Luna, participante de la anterior edición. Lo dicho, Gonzalo, Josie, La Terre (enamorada de su chef, Mateu Casañas, también piropeado por Josie, ayer sin bruma) y Nicolás , que acabaron de nuevo en el foso. Josie sabía que estaba jugando con fuego, pero MasterChef no va a prescindir de él así como así.
La elaboración era en Las Ramblas barcelonesas, frente al monumento a Colón, y el equipo rojo se lo pasó mejor pero su resultado fue más defectuosos. Así son las cosas en el trabajo, normalmente. De ahí los eliminados pasaron a jugársela con los chocolates mientras Lolita acompañaba al jurado, tentada para participar el año próximo, aunque ella se resistió y dijo que no estaba mentalizada para ponerse ante una vitro. Todo se soluciona negociando el caché.
La relación de MasterChef Celebrity empieza a quedarse al mínimo, veteranos frente a hacendosos. Una lucha entre la facción de Celia Villalobos y el dúo Nico y Josie.
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